La precisión es el leitmotiv de casi todas las marcas de relojes, especialmente de las suizas. Pero, por regla general, los relojes no son todo lo precisos que nos gustaría, incluso marcas lujosas como Rolex y otras atrasan un segundo o dos cada día. Pero la ciencia siempre han demandado máquinas más precisas y exactas, y a lo largo de los años han surgido nuevos tipos de relojes, aunque evidentemente no para llevar en la muñeca.

El reloj atómico se inventó por esta razón. Su primera versión apareció en 1955 y marca el tiempo midiendo las oscilaciones de los átomos según cambian sus estados de energía. Su precisión sería su capacidad de medir bien las vibraciones de los átomos. Según el National Institute of Standards And Technology el segundo oficial tiene 9.192.631.770 ciclos de un átomo de cesio.

Existen distintos tipos de relojes atómicos. Uno, el ya comentado basado en átomos de cesio, pero otros utilizan estroncio, aluminio, mercurio o hidrógeno. Los últimos modelos enfrían a bajísimas temperaturas los átomos para que no haya ninguna interferencia en la medición del calor ambiental.

Aunque los investigadores siguen trabajando para mejorar su exactitud estos serían los relojes más precisos del mundo según apuntó Live Science.

NIST F2

Foto nist.gov

Se construyó en 2014 y ha ayudado como su predecesor, el NIST F1, a determinar el segundo estándar utilizado por los científicos de todo el mundo. Además, también sincroniza las telecomunicaciones y las negociaciones en los mercados financieros.

Utiliza una serie de 6 lásers para enfriar los átomos y opera a menos 193º C. La frecuencia en la que la radiación altera el estado de la mayoría de los átomos es lo que este reloj atómico utiliza para definir los segundos. Su exactitud es tal que gana o pierde un segundo cada 300 millones de años.

RIKEN (Universidad de Tokio)

Foto riken.jp

Lo construyó un equipo dirigido por Hidetoshi Katori del RIKEN Center For Advanced Photonics en Japón. Se trata de un reloj atómico a base de lo que se podría llamar una celosía óptica.

Usa átomos de estroncio atrapados entre haces de láser y enfriados a menos 180º C. Es tan preciso que atrasa o adelanta un segundo cada 4.400 millones de años.

El reloj de estroncio NIST/JILA

Foto nist.gov

NIST y JILA en la Universidad de Colorado en Boulder construyeron en 2014 un reloj bajo la dirección del físico Jun Ye similar al del RIKEN, con una precisión de un segundo arriba o abajo cada 5.000 millones de años. El reloj funciona atrapando átomos de estroncio con lásers.

El reloj de lógica cuántica de aluminio

James Chin-wen Chou de NIST creó en 2010 un reloj de lógica cuántica basado en las vibraciones de un sencillo átomo de aluminio atrapado en campos magnéticos con un átomo de berilio dentro de un cilindro metálico.

Su precisión se calcula en un segundo por cada 3.700 millones de años.

El reloj mecánico Shortt-Synchronome

Foto Bori64 en Wikimedia Commons

Los relojes atómicos fueron los que revolucionaron esta materia pero antes de su aparición los relojes mecánicos eran el estándar. En 1921 se inventó el reloj Shortt que era el que se utilizaba en los observatorios.

Su sistema era dual: un reloj de péndulo, fabricado en niquel y hierro, situado dentro de un tanque al vacío unido con cables eléctricos; el segundo reloj enviaría una pulsación eléctrica cada 30 segundos al reloj principal para asegurar que los dos estaban sincronizados.

Estos relojes eran capaces de medir los efectos gravitacionales de la luna y el sol. Su precisión era importante: un segundo en 12 años.


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