Hace más de 100 años, un 2 de agosto de 1913, tres hombres coronaban la cumbre del Monte Olimpo en Grecia. Quizá otros lo habían intentado antes, ¿quién se atrevería a comprobar por sí mismo si realmente allí habitaban los dioses? Pero el caso es que nada en las fuentes clásicas nos hace sospechar de un atrevimiento semejante.

Habría que esperar al siglo XX, cuando un fotógrafo suizo llamado Frédéric Boissonnas, nacido en Ginebra en 1858, viajó a Grecia por primera vez en 1907. Su intención, buscar paisajes poco comunes para impulsar su carrera.

En los años siguientes volvería una y otra vez, y allí poco a poco se iría fraguando un sueño: coronar la morada de los dioses, el punto más alto de Grecia, la cima Mytikas del Monte Olimpo.

Las dos cumbres del Olimpo, Stefani a la izquierda, Mytikas a la derecha / foto Juergen Weidner en Wikimedia Commons

Hay que aclarar que el Olimpo, situado entre las regiones de Tesalia y la Macedonia griega al norte del país y a unos 80 kilómetros al suroeste de Tesalónica, tiene dos cimas: la mencionada Mytikas (2.918 metros) y Stefani (2.909 metros). Ambas muy cerca una de la otra dentro de los 500 kilómetros de área que posee la montaña, cuya circunferencia alcanza los 150 kilómetros.

En su viaje de ese año 1913 Boissonnas llegó a Grecia acompañado de su amigo Daniel Baud-Bovy, también suizo y nacido en 1870. Baud-Bovy, escritor e historiador, era desde cinco años antes director de la Escuela de Bellas Artes de Ginebra.

Frédéric Boissonnas / foto dominio público en Wikimedia Commons

Ambos partieron de Tesalónica en barco el 28 de julio, llegando a la localidad de Litóchoro, situada al pie de la mítica montaña a 400 metros de altitud. Allí buscaron quien los guiase en el ascenso, y encontraron a dos pastores, Christos Kakalos nacido en 1882, y Nikos Bistikos (del que apenas se sabe nada), dispuestos a acompañarles en la aventura.

Al día siguiente comenzaron el ascenso, alcanzando el monasterio de Agios Dionysos, situado a 820 metros de altitud, al mediodia. Desde allí se dirigieron a Petrostrouga (1.940 m), donde pasaron la primera noche.

En la mañana del 30 de julio dejaron atrás la Meseta de las Musas (2.600 m), ascendiendo los picos menores del Profeta Elias y Toumba, y explorando la base del Stefani (al que denominaron El trono de Zeus).

La meseta de las Musas / foto Athinavaitsi en Wikimedia Commons

Volvieron a descender para pasar la noche en una cabaña cercana a Paliokaliva, muy cerca de donde hoy se alza el refugio de Spilios Agapitos (2.040 m). Algo debió ocurrir esa noche porque decidieron cancelarlo todo e irse a casa, así que al día siguiente comenzaron el descenso hacia Litóchoro. Cuando estaban cerca de Prionia (1.100 m) volvieron a cambiar de idea, de modo que el 1 de agosto se dieron la vuelta y regresaron a la cabaña en medio de una fuerte tormenta.

En la mañana del 2 de agosto abandonaron la cabaña en dirección a la cumbre. Era un día lluvioso con granizo, fuertes vientos y niebla. Los guías cargaban con el pesado equipo fotográfico de Boissonnas. En un momento dado Nikos Bistikos, quizá mermado por el cansancio, se rezagó mientras los otros tres ascendían. Kakkalos iba delante, descalzo, con los dos suizos siguiéndole atados con cuerdas, escalando a través de la niebla.

Boissonnas, Kakkalos y Baud- / foto Boissonnas, dominio público en Wikimedia Commons

Tras varias horas alcanzaron una cima a la que llamaron Victory Top. Creyendo que habían coronado el Olimpo, escribieron unas palabras en una tarjeta y la metieron en una botella que colocaron bajo un montón de piedras para protegerla (por cierto que esa botella y la tarjeta se encontraron 14 años más tarde, y hoy está expuesta en la sede de la Federación Helénica de Montañismo en Atenas).

Pero cuando el cielo se despejó se percataron de su error. Allí arriba sobre ellos se alzaba la auténtica e impresionante cima. El desánimo hizo mella en los tres. Decidieron abandonar y descender por la escarpada cresta por la que habían subido. Mientras lo hacían en silencio, de repente Kakkalos se detuvo. Frente a él se abría un corredor vertical que conducía directamente a la cumbre. Miró a los dos suizos y preguntó ¿subimos?. Los dos asintieron.

Kakkalos dejó el equipo fotográfico más pesado e inició la ascensión, está vez decidido a tener éxito, seguido de los suizos. La noche se les echaba encima pero ya nada les importaba. A la 1 y 25 de la madrugada del 2 de agosto de 1913 los tres coronaban el pico más alto de Grecia, la morada de los dioses. Christos Kakkalos, Frédéric Boissonnas y Daniel Baud-Bovy se convirtieron en los tres primeros hombres en alcanzar el Olimpo, la mítica, valga la redundancia, cumbre Mytikas.

Desde entonces más de 10.000 montañeros cada año han seguido los pasos de los dos suizos y el griego, pero la mayoría apenas alcanzan la mítica cumbre.

Christos Kakkalos / foto Boissonnas, dominio público en Wikimedia Commons

Kakkalos volvió en 1919 y 1921. En septiembre de 1927 guió con éxito hasta la cumbre a un grupo de 105 escaladores.

También en 1921 llevó al topógrafo suizo Marcel Kurz hasta la cima de la cumbre Stefani, siendo los dos primeros hombres en ascenderla. Y en 1931 regresó a la cumbre Mytikas con Daniel Baud-Bovy y un grupo de escaladores.

En 1937 la Asociación Helénica de Montañismo le nombró guía oficial del Olimpo. En los años siguientes acompañó a todos aquellos que se atrevieron a subir: escaladores, geólogos, botánicos, políticos, artistas, turistas…Kakkalos subió al Olimpo por última vez en 1973, cuando ya contaba con 91 años de edad. Murió el 12 de abril de 1976. Hoy el refugio de la Meseta de las Musas lleva su nombre.


Fuentes

Federación Helénica de Montañismo | Greek Reporter | Metro | Wikipedia


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