Los medios públicos de transporte en Nueva York son, sin lugar a dudas, la mejor forma en las que una persona (tanto residente como turista) puede moverse por La Gran Manzana para aprovechar al máximo el tiempo y no perderse por el camino y es que sí, esta ciudad es muy grande (en concreto, cuenta con más de 1200 kilómetros²) La gran ventaja para todos ellos es que el orientarse en ella no tiene porqué ser muy complicado porque lo que han hecho es crear una gran cuadrícula en base a avenidas (calles grandes distribuidas de norte a sur) y calles (que cortan a las primeras de este a oeste) Así que, de primeras, uno puede saber rápido dónde está, pero, ¿cómo llegar al lugar de destino? Estas son las opciones más viables.

  • Metro de Nueva York. Es el medio de transporte más usado y esto se debe, en parte, a que está abierto los 7 días de la semana y 24 horas. Sí, has leído bien, se puede contar con el metro en todo momento. El que no haya restricciones horarias es toda una ventaja cuando se está de viaje y aún no se controlan muy bien los tiempos que se requieren para las distancias. A no ser que se quiera ir hasta Staten Island (donde se precisará de un ferry) con el metro se puede llegar a cualquier distrito de la ciudad. El mapa del metro de Nueva York puede parecer un tanto abrumador al principio, pero todo es hacerse a él y prestar atención a los metros que se precisan. Si se piensa utilizar con frecuencia este medio de transporte lo más recomendable es comprar el abono de transporte llamado MetroCard, sino siempre queda la opción del billete sencillo.
  • Autobús. Funcionan casi como el anterior porque están disponibles las 24 horas del día y, como curiosidad, hay que saber que a altas horas de la noche si una persona precisa bajarse antes de la parada correspondiente lo puede solicitar al conductor. El autobús es ideal si, al tiempo que se hace el recorrido, se quiere ir viendo un poco más de la ciudad. Por norma general los autobuses crean algo más de desconcierto entre los turistas porque no saben, exactamente, el recorrido que hacen los mismos o sus paradas. En Nueva York lo han planteado de una manera muy sencilla: la mayoría de los autobuses hacen un recorrido recto en un sentido hasta llegar al final y volver para hacer el sentido contrario hasta el origen. Con que se eche un vistazo a su mapa se podrá comprobar que es difícil perderse. Igual que en el caso anterior, la MetroCard puede ser útil si se toma el autobús con frecuencia.
  • Taxi. Sí, esos famosos taxis amarillos que se han hecho tan populares por series y películas están al alcance de cualquiera. Pese a que no resultan muy caros lo cierto es que puede no ser la menor idea por la densidad de tráfico, pero aunque sólo sea por probar la experiencia se puede hacer un recorrido corto.
  • Bicicleta. La moda de moverse por las ciudades y no contaminar no podía faltar en Nueva York. Lo que sí que se aconseja es que se tomen por las rutas pensadas para este efecto. Más allá de ellas puede resultar un tanto caótico y hasta peligroso.

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