Si digo que hoy vamos a hablar de Theodore Roosevelt y de su participación en la Segunda Guerra Mundial más de uno se pondrá de perfil recordando que el que fue 26º presidente de EEUU falleció en 1919 y, por tanto, no pudo tomar parte en esa contienda. Es cierto pero añadiendo un Jr. al final de su nombre la cosa se aclara: el protagonista de este artículo no es él sino su hijo mayor, que se llamaba igual y no sólo estuvo en el frente sino que fue el único general que el Día D desembarcó junto a la 4ª División de Infanteria en la Playa de Utah, en Normandía.
Roosevelt, que era general de brigada para ser exactos, había insistido al alto mando para que le autorizase a acompañar a los soldados porque consideraba que les tranquilizaría ver a su responsable con ellos, serviría de ejemplo y resultaría de gran ayuda a los oficiales cuando necesitasen instrucciones en medio de la confusión. El comandante de la división, general Raymond Barton, tras denegárselo varias veces, terminó aceptando a regañadientes convencido de que le iban a matar.
Así, un Roosevelt volvió a protagonizar una célebre acción bélica; de hecho fueron dos Roosevelt, ya que su hijo Quentin era capitán y también estuvo en el desembarco en Normandía, en su caso en Omaha Beach. Ambos en la primera oleada, la más brutal, con las balas y cosas peores silbando alrededor. Cabe resaltar que Theodore no era ningún jovencito, pues en ese momento tenía 56 años y bastantes achaques de salud.

Había nacido en Oyster Bay, Nueva York, en 1887, cuando su padre todavía estaba dando los primeros pasos de su carrera política. Al ser el primogénito de cuatro hermanos, una hermana y una hermanastra, su progenitor depositó en él toda su ilusión, llevándole a todas partes consigo, contándole mil y un episodios de la Historia e incluso iniciándole en el uso de armas de fuego. Eso provocaba la fascinación del niño en la misma medida que le cargaba de responsabilidad hasta abrumarle, según reconocería luego. Más aún cuando se trasladaron a vivir a la Casa Blanca.
Se graduó en Harvard en 1909, el mismo año en que su padre era relevado en la presidencia por William Howard Taft, y empezó a trabajar en el sector de los negocios antes de pasar al bancario. Entre unos y otro ganó una fortuna que le llevó a plantearse la entrada en política, siguiendo la tradición familiar. Pero tuvo que aplazarlo porque primero había que afrontar un momento histórico: el estallido de la Primera Guerra Mundial.

Como es sabido, EEUU no fue beligerante hasta 1917 siguiendo una tendencia aislacionista que, en parte, se basaba en que el país no estaba preparado militarmente para un conflicto de esas dimensiones. En 1915, viéndose cada vez más probable que hubiera que comprometerse, la Ley de Defensa Nacional estableció un programa de entrenamiento para preparar como suboficiales a jóvenes acomodados de la alta sociedad. El impulsor de ese proyecto fue el general Leonard Wood, que había acompañado a Roosevelt padre en la guerra contra España de 1898.
Wood fundó un campamento en Plattsburgh al que se apuntaron tres de los hermanos Roosevelt, Theodore entre ellos. Cuando por fin Woodrow Wilson anunció la entrada en la guerra, las fuerzas armadas ofrecieron cargos a muchos de los salidos de aquella iniciativa y fueron la base del Cuerpo de Reserva de Oficiales y del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de Reserva. Roosevelt padre pidió al general Pershing que permitiera a sus hijos acompañarle en la AEF (Fuerza Expedicionaria Americana) que se preparaba a encabezar hacia Europa y él aceptó.
Así fue cómo Theodore recibió el nombramiento de mayor y su hermano Archibald el de segundo teniente. Los otros dos, Quentin y Kermit, se habían alistado por su cuenta en la incipiente Fuerza Aérea y en las filas británicas destinadas a Mesopotamia. Pero fue el primogénito, Ted, el que alcanzó mayor dimensión histórica al entrar en combate en Francia y convertirse en uno de los mejores comandantes de batallón, no sólo por sus dotes de mando sino también por el interés que mostraba en el cuidado de sus hombres (una vez compró botas para todos ellos pagándolas de su bolsillo).

Sustituyó al coronel de su regimiento, participó en la primera victoria estadonidense (Cantigny) y resultó herido en 1918, apenas unos meses antes de acabar la guerra. Peor le fue a Quentin, fallecido casi al mismo tiempo que él ingresaba en el hospital. Theodore, que regresó condecorado con la Cruz de Servicio Distinguido y la Legión de Honor francesa, fue quien tuvo la idea de fundar en 1919 la Legión Americana, un cuerpo que reunía a los veteranos, con el objetivo de ayudarlos a reinsertarse en la vida civil.
Le ofrecieron ser su primer comandante nacional pero lo rechazó porque ya tenía en mente retomar la carrera política que tuvo que suspender por la guerra. Resultó elegido por el Partido Republicano para la Asamblea del estado de Nueva York en 1920 y repitió en 1921, protagonizando un curioso episodio al votar en contra de que se expulsase a cinco miembros socialistas, en un contexto donde se temía la implantación de esa ideología revolucionaria tras la conmoción que supuso la Revolución Rusa.
Después pasó a ser Secretario Adjunto de Marina con el presidente Warren G. Harding. En ese puesto vivió su primer contratiempo, ya que contrató suministros de combustible para la Armada siendo Archibald presidente de una de las petroleras beneficiadas. Fue lo que se conoció como Escándalo Teapot Dome y terminó con una investigación del Senado a ambos hermanos, quienes pese a resultar absueltos vieron su reputación dañada.

Peor fue la repercusión familiar de ese incidente, ya que Franklin Delano y su esposa Eleanor, ambos parientes de otra rama de los Roosevelt, criticaron duramente el comportamiento de sus primos desembocando la cosa en una ruptura. Lo cierto es que Franklin y Eleanor militaban en el Partido Demócrata y se dedicaron a ridiculizar la siguiente campaña electoral de Ted (así le llamaban), lo que provocó que acabase derrotado por su candidato y rompiera toda relación con ellos acusándoles de renegar de su apellido. Al final sólo Alice, la medio hermana, mantuvo el contacto entre las dos casas.
Esos años fueron un buen ejemplo de la impronta que Theodore Roosevelt Jr. recibió de su padre, el mítico Teddy. No sólo pasó de la guerra a la política sino que en sus campañas se comportaba igual, agitando el sombrero y gritando «¡Bully!» (¡Matón!), y también tomó parte en una expedición exótica. No fue por África, como la de su progenitor, sino en Asia; pero, al igual que él, disparaba contra todo lo que se movía y tiene el triste récord de haber sido el primer occidental conocido que cazó un oso panda.
Eso fue en 1929, el mismo año en que el presidente Herbert Hoover le nombró gobernador de Puerto Rico, cargo que ejerció hasta 1932. Como ese período coincidió con la Gran Depresión, Roosevelt tuvo que adoptar medidas para amortiguarla, aplicando iniciativas públicas hacia los desfavorecidos, recaudando fondos entre filántropos y estrechando los vínculos con EEUU para incentivar la economía insular, entre otras medidas. Su labor fue tan reconocida que a continuación Hoover le nombró gobernador de Filipinas.
En el archipiélago se ganó el apodo de One shot Teddy (Un tiro Teddy) por su puntería en la caza. En realidad sólo estuvo allí un par de años. Hizo un amago de regreso para colaborar en la campaña de Hoover a las presidenciales porque el otro candidato era Franklin Delano Roosevelt y quería saldar su cuenta pendiente con él pero la reacción adversa de la prensa le hizo quedarse finalmente en Manila. Entonces Franklin ganó la presidencia y relevó a su primo, que volvió al sector privado, primero en una editorial y más tarde como directivo de American Express.

Se rumoreó que disputaría las elecciones de 1936 a Franklin pero no lo hizo, como tampoco retomó la política en otros cargos para los que sonaba (vicepresidente con Alf Landon, gobernador de Nueva York…). Y es que su primo parecía bien asentado a la cabeza de una nación a la que el contexto empujaba poco a poco hacia una nueva crisis global, así que lo que hizo fue abrazar de nuevo el mundo militar, pues seguía siendo reservista del ejército, asistiendo a los entrenamientos anuales en Pine Camp y realizando cursos de oficial y de Estado Mayor.
Por eso cuando estalló la Segunda Guerra Mundial ya era coronel. Al entrar el país en el conflicto en 1941 recibió el mando del cuerpo con el que había luchado en la contienda anterior, el 26º Regimiento de Infantería, integrado en la 1ª División. Ascendió a general de una estrella a finales de año y fue destinado al norte de África, donde participó en la Operación Antorcha atacando Orán en 1942 y ganando la Croix de Guerre francesa.
Otra cosa que ganó fue la animadversión de Patton, a quien no gustaban sus costumbres de vestir de cualquier manera y confraternizar con la tropa, y menos aún en primera línea (aunque admitía que su valor era excepcional). Tampoco veía con buenos ojos la compenetración que mostraba con un militar tan heterodoxo como el mayor general Terry Allen, por lo que Patton envió a Eisenhower informes negativos de ambos. Tampoco el general Omar Bradley era favorable a aquellas simpatías entre mandos y soldados, por el efecto relajante que podían tener sobre la disciplina, y terminó destituyendo tanto a Allen como a Roosevelt.
Éste tomó parte en la Operación Husky (invasión de Sicilia), en la toma de Cerdeña y en varias batallas posteriores por territorio italiano, ejerciendo de enlace entre Eisenhower y los franceses. Así llegó la Operación Overlord, el desembarco en Normandía, del que hablábamos al comienzo. Su lancha se desvió hacia el sur, con lo que saltó a tierra -con una pistola en una mano y un bastón en la otra- a kilómetro y medio del objetivo, pero decidió avanzar en vez de intentar reubicarse: «¡Comenzaremos la guerra desde aquí!» fue su frase para la posteridad.

El general recibió personalmente a cada nueva oleada, animando a los soldados sobre el terreno nada más salir del agua con poemas y anécdotas de su legendario padre para que los nervios no les dominaran. Asimismo, dirigía personalmente el tráfico de tanques y camiones in situ , en medio del fuego enemigo, un alarde de valor temerario que el propio Bradley reconoció como el gesto más heroico que había visto en el frente. Aquella improvisación dio resultado porque permitió atacar la playa de Utah también por la retaguardia.
Terminada la batalla, Roosevelt fue nombrado gobernador militar de Cherburgo, a donde se dirigió en un jeep que había bautizado como Rough Rider en honor a la unidad que lideró su progenitor en Cuba. Pero lo que no hicieron las armas alemanas lo hizo la naturaleza. Las heridas sufridas en la Primera Guerra Mundial, combinadas con artritis, le obligaban a caminar con bastón y además padecía problemas cardíacos que mantuvo en secreto para no ser relevado. Un ataque al corazón acabó con su vida el 12 de julio de 1944, justo el día en que se había aprobado su ascenso a general de dos estrellas y sido propuesto para la Medalla de Honor del Congreso.
Bradley y Patton, entre otros mandos, asistieron a su funeral. Fue enterrado en el cementerio estadounidense de Normandía para caídos en la guerra y en 1955 se trasladó a su lado el cuerpo de su hermano Quentin, el piloto, derribado en la contienda anterior. En la famosa película de 1962 El Día más largo su personaje fue interpretado por Henry Fonda.
Fuentes
His father’s son. The life of general Ted Roosevelt, Jr (Tim Brady)/El día de la batalla. La guerra en Sicilia y en Italia, 1943-1944 (Rick Atkinson)/Planting the american flag. Twelve men who expanded the United States overseas (Peter C. Stuart)/Theodore Roosevelt, Jr. The life of a war hero (Harry Paul Jeffers)/The namesake. The biography of Theodore Roosevelt, Jr (Robert W. Walker)/Franklin Delano Roosevelt. Champion of freedom (Conrad Black)/Wikipedia
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