La revista Descubrir la Historia nació en papel en el año 2015. Pero ya llevaban un año y medio, desde el 28 de diciembre de 2013, publicando en internet. El crecimiento, precisamente, en visitas a la web y de seguidores en las redes sociales les llevó a plantearse un reto complicado: lanzar una publicación trimestral en papel con contenidos de gran calidad. Para lograrlo, plantearon una campaña de micromenazgo, mediante la que consiguieron financiar el lanzamiento. Apenas 1.600 euros les bastaron para arrancar.

Hoy, Descubrir la Historia es una revista bastante consolidada. Ha cambiado la periodicidad y la tirada. Antes era sólo para suscriptores, y ahora llega a quioscos de toda España con una periodicidad bimestral en lugar de trimestral. Al principio, imprimían en blanco y negro, ahora han mejorado el papel y, por supuesto, imprimen a todo color. Con escasos recursos, pues son una revista que no cuenta con ningún grupo de comunicación detrás ni inversores, han logrado grandes éxitos.

Justamente en este momento, están en el ecuador de una nueva campaña de micromecenazgo, en la que piden el apoyo de sus lectores y de personas interesadas en la historia para financiar algunas mejoras, como un rediseño de la revista, apps para iOS y Android y fondos para asegurar el futuro del proyecto. Desde La Brújula Verde animamos a participar en ella en este enlace.

Para dar a conocer en mayor profundidad el proyecto, hemos entrevistado a Álvaro López Franco, editor de la revista:

¿Por qué decidiste crear una revista en papel?

Siempre he sido lector de revistas. Siempre me recuerdo a mí mismo parando en establecimientos que tenían mucha variedad de revistas y pasarme mucho tiempo viendo las portadas, qué novedades había, diseños y comprando algunas revistas que me llamaban la atención por sus temas, pero también por estar bien diseñadas. De modo que cuando nos embarcamos en el proyecto de Descubrir la Historia, para mí era un paso muy natural. Estaba muy convencido de que las publicaciones en papel tienen mucho que decir.

Sin embargo, vemos que las plantillas en los medios impresos se han ido reduciendo y que muchas cabeceras han cerrado. ¿Es viable mantener una publicación en papel?

Es cierto que los grandes medios con modelos tradicionales de generación de contenidos y edición están cayendo, y puede ser por una pérdida de confianza de los lectores o porque las ventas no llegan a hacer sostenibles las estructuras que necesitan. Sin embargo, los medios independientes estamos en pleno auge, no sólo en España, sino en todo el mundo. Cada día surgen alternativas de gran calidad que buscan el apoyo directo de sus lectores, más que estar orientadas directamente a cubrir las necesidades de sus anunciantes.

¿Qué quiere decir «ser independiente»?

En realidad, es un término algo contradictorio, porque los medios independientes somos absolutamente dependientes de nuestros lectores y suscriptores. No tenemos ningún paracaídas que nos salve en caso de graves dificultades. Sin embargo, es una forma de definir una manera de editar que, como he dicho, está más orientada al lector. Los medios independientes tenemos más libertad a la hora de definir los temas que tratamos, el diseño que queremos utilizar y podemos permitirnos pensar en el producto de un modo diferente.

¿Cómo hacéis sostenible el proyecto?

Antes de salir al mercado nacional, con un volumen de entre 8.000 y 10.000 ejemplares, el proyecto se mantenía gracias a las cuotas de suscripción que pagaban los lectores. Era un proceso muy sencillo, pues imprimíamos la cantidad exacta de revistas que enviábamos y todo estaba bien cubierto. Pero desde que comenzamos a distribuir a nivel nacional, los costes se han multiplicado, y hemos consiguiendo mantenernos a flote en los primeros meses (hasta recibir las primeras liquidaciones de la distribuidora) con inversión propia. Ahora, estamos muy cerca de conseguir la sostenibilidad con las ventas en quioscos y las suscripciones, pero necesitamos ir incorporando a anunciantes comprometidos que vean nuestro producto como una oportunidad de ofrecer servicios de calidad a los lectores, relacionados con la historia o, de manera más general, con la cultura.

En estos momentos estáis en una campaña de micromecenazgo en la plataforma Verkami. ¿Qué pretendéis con ella?

Nosotros nacimos gracias a una campaña de ese tipo. En aquel momento, necesitábamos 1.600 euros para lanzar el primer número, y lo conseguimos cuando casi llegábamos al límite de tiempo de cuarenta días. Ahora estamos tratando de conseguir 5.000 euros para financiar el lanzamiento de apps para iOS y Android y rediseñar la revista. Hemos construido una nueva cabecera y, manteniendo el mismo formato, tener un diseño que haga la lectura todavía más agradable. Además, si logramos alcanzar el objetivo, podremos dotarnos de algunos fondos extra que nos ayuden en este difícil primer año de distribución nacional.

¿En qué consiste una campaña de micromecenazgo como la que planteáis?

Hay varios tipos de campañas. El objetivo siempre es conseguir fondos para un proyecto concreto con origen en el apoyo de personas particulares. En nuestro caso, es una campaña de «todo o nada». Es decir, si logramos los 5.000 euros que nos planteamos antes de principios de agosto, se cobrará la aportación elegida a cada mecenas. Si no lo logramos, se cancela la campaña.

¿Por qué es importante que logréis el objetivo?

Debemos estar a la altura del tiempo en el que estamos. Para poder aumentar las ventas en los quioscos, debemos ser más visibles. Por eso hemos diseñado una nueva cabecera un poco más grande, y queremos mejorar el interior para que los lectores que no conozcan la revista y la hojeen por primera vez lo tengan más fácil para llevarnos a casa sin tener que leer los contenidos en detalle. Por otro lado, tenemos un gran público en América Latina, y con una aplicación no sólo daremos un servicio extra a nuestros suscriptores actuales y futuros, sino que nos permitirá llegar con más facilidad a cualquier rincón del mundo.

¿Qué ofrecéis a cambio del apoyo de los mecenas?

Tenemos recompensas variadas, y algunas de ellas sólo se pueden conseguir en la campaña, como los demandados quince números en papel, que muchos lectores nos han pedido pero que no hemos podido entregar porque hay algunos agotados. Si conseguimos la financiación, reimprimiremos los que nos hagan falta y los entregaremos a los mecenas, para que puedan tener toda la colección. También ofrecemos lotes con diversos productos, entre ellos tazas ilustradas o láminas diseñadas con temática histórica. También es posible apoyar la campaña realizando una suscripción a la revista. Hay una gran variedad de opciones, para todos los bolsillos, y con recompensas a la altura del apoyo recibido.

¿Tiene público la Historia en España?

Sin duda. De hecho, creo que es uno de los temas con más posibilidades en la actualidad. No hay más que ver la cantidad de series, películas o novelas de carácter histórico que cada año amplían el catálogo de obras con temática histórica, y que tienen un numeroso público. Por supuesto, no todo lo que se publica tiene el rigor que nos gustaría, pero demuestra que existe un interés general por esta disciplina. Nosotros lo que pretendemos, precisamente, es proporcionar a personas curiosas herramientas y contenidos fiables y fáciles de comprender.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro?

Queremos hacerlo cada vez mejor. Somos una revista joven, pero bastante respetada en los círculos académicos y especializados. Lo que pretendemos es hacer de Descubrir la Historia una referencia de la divulgación histórica en español. Y eso sólo podremos hacerlo con el apoyo de los lectores. Así que vamos a trabajar todo lo posible por incrementar nuestra difusión, optimizar las ventas en los quioscos y ofrecer cada vez más ventajas a los suscriptores.

Enlace a la campaña: vkm.is/dlh+.
Fotografías: cortesía de Descubrir la Historia.


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