Estambul es una de las capitales más atractivas del mundo. Su carácter cosmopolita junto a su carga histórica milenaria la convierten en un destino mágico, en el que se entremezclan mezquitas, baños turcos, acueductos, fortalezas, palacios y coloridos mercados.

Para viajar hasta la capital turca, la mejor opción es volar con Turkish Airlines, considerada la como la mejor compañía aérea del mundo. La aerolínea ha obtenido la primera posición de un ranking elaborado por la Edreams, en la que se han tenido en cuenta elementos como la atención del viajero y la comodidad de los aviones. Si queréis saber más acerca de las mejores aerolíneas 2018, podéis visitar la web de Edreams. Allí encontraréis la clasificación completa de las mejores compañías aéreas con las valoraciones de los usuarios.

Qué ver en Estambul: rincones secretos

Al margen de los lugares más emblemáticos y visitados, la antigua Constantinopla esconde rincones singulares que a menudo se escapan de las rutas turísticas. Son sitios recomendados por los amantes de la ciudad y por los propios lugareños, que vale la pena visitar al menos una vez:

El pez sagrado de Balikli

El subsuelo de Estambul es un reguero de aguas subterráneas y manantiales. De ahí la proliferación de baños turcos, uno de las sellos distintivos de la ciudad. Uno de los manantiales más conocidos emerge dentro del monasterio de Balikli.  Allí se encuentra una fuente que era conocida por sus propiedades curativas y en cuyo interior, según la leyenda, reside un pez sagrado.

De acuerdo con la leyenda, un monje que cocinaba pescado recibió la noticia de la caída de Costantinopla y no se la quiso creer. Para mostrar su incredulidad, afirmó «si eso es cierto, que este pescado resucite y vuelva a la fuente”. Al oír estas palabras, el pescado saltó de la sartén y nadó en las aguas del manantial.

Cisterna de Nakkas

La tienda de alfombras de Nakkas, ubicada cerca de la Mezquita Azul, es uno de los comercios más conocidos de la ciudad. En la parte subterránea de la edificación se encuentra una cisterna subterránea de origen bizantino (siglo VI). Este antiguo depósito de aguas, construido a base de resistentes arcos, alberga una sala de exposiciones privada. La muestra permite conocer el antiguo hipódromo de Estambul y las carreras de caballos que se disputaban sobre la arena. Hay animaciones en 3D y réplicas de estatuas.

Mezquita subterránea

El subsuelo de Estambul depara todavía más sorpresas. Nos referimos a la Mezquita Subterránea, que se encuentra medio escondida entre las callejuelas de Karaköy. La mezquita ocupa los bajos de un antiguo castillo que fue usado como almacén de munición tras la conquista otomana. En 1640, un religioso descubrió allí los cuerpos de tres mártires árabes y el espacio fue sacralizado.

Cementerio de los sabateos

El cementerio de Bülbülderesi es una de las muestras visibles de la antigua secta Dönme, también conocida como los sabateos. Esta extraña comunidad seguía los preceptos de un rabino sefardí convertido al islam, que creó una nueva religión mezcla de judaísmo e islamismo. La secta se disgregó a lo largo del siglo XX pero algunos afirman que todavía existen seguidores.


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