No cabe la menor duda de que uno de los grandes hitos de la Humanidad ha sido la invención de la rueda. Como es obvio, se ignora el momento exacto en que aparece en nuestra Historia y hasta hace relativamente poco la referencia más antigua era la civilización mesopotámica. Pero eso cambió en 2002, cuando unas excavaciones arqueológicas realizadas en Eslovenia sacaron a la luz una rueda de madera cuya datación por radiocarbono reveló que tenía entre 5.100 y 5.350 años. Eso la convierte en el objeto de ese tipo más antiguo que se conserva y sitúa el invento en la Prehistoria, aproximadamente en el Calcolítico (Edad del Cobre).

Cabe puntualizar que en sentido estricto la rueda es anterior y se remonta al Neolítico pero aplicada a los tornos de alfarería. Ahora estaríamos refiriéndonos sólo a las que se usarían en carros, que es donde alcanzarían su verdadera y trascendental dimensión coincidiendo con la domesticación del caballo. Las primeras ruedas estarían hechas de piedra, troncos de árbol cortados o arcilla pero resultarían demasiado toscas, pesadas o frágiles para ser acreedoras a tal condición; los investigadores las llaman tourettes y hay alusiones a ellas en pictogramas iraníes de finales del sexto milenio a.C.

Sin embargo, la rueda propiamente dicha, o sea, en vehículos, tiene una paternidad bastante más dudosa. Las culturas Cucuteni (Europa sudoriental, actuales Rumania, Moldavia y Ucrania) y Maykop (Cáucaso septentrional, abarcando todo el litoral norte del Mar Negro), que se sucedían geográficamente, rivalizan en cronología con los pueblos mesopotámicos. En otro artículo, hablando del Juego Real de Ur, decíamos que aparece representado en el Estandarte Real de esa ciudad sumeria, que en realidad no es una bandera sino una caja de madera con paneles taraceados mostrando escenas costumbristas y militares.

Un modelo de rueda primitva, hecha de un corte de tronco/Imagen: John O’Neill en Wikimedia Commons

En ellas se aprecia la representación gráfica más primitiva de ruedas de la que tenemos noticia: varios carros tirados por onagros (Equus hemionus, un tipo de asno salvaje más fuerte y veloz que el doméstico que tiene varias subespecies distribuidas por Oriente Medio y partes de Asia) con una datación en torno al 2500 a.C. Se trataba de ruedas macizas porque las radiadas no aparecieron hasta el segundo milenio antes de Cristo, cuando ya las encontramos en Egipto (los hicsos introdujeron carros y caballos, hasta entonces desconocidos, en el siglo XVI a.C.), India, Rusia, Hatti, Mitani, etc.

En Europa las ruedas primigenias también eran sin radios, siendo el caso más añejo el de Blair Drummond Moss (Escocia), cuya edad se sitúa en el 1255 a.C. No obstante, hay descripciones bastante más antiguas de vehículos. Buen ejemplo de ello es el que aparece inciso en la llamada Olla de Bronocice, un recipiente cerámico hallado en la ciudad homónima (sur de Polonia), correspondiente a la llamada Cultura de los vasos de embudo y a la que el carbono-14 ha datado entre 3635 y 3370 a.C: muestra un carro de cuatro ruedas y dos ejes que sería tirado por uros (Bos primigenius primigenius, un tipo de bóvido salvaje, extinguido en el siglo XVII, mucho más grande que los actuales).

El carro sumerio del Estandarte de Ur muestra una clara visión de cómo eran sus ruedas/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons Crédito: Dominio público / Wikimedia Commons

Ahora bien, el hallazgo de Eslovenia en 2002 revolucionó los conceptos que había hasta entonces sobre el tema. Primero, porque la datación, realizada en el laboratorio de VERA (Vienna Environmental Research Accelerator) situó aquella pieza en el sexto milenio a.C. rompiendo todas las cronologías que se manejaban. Y segundo, porque ya no se trataba de una descripción o una representación gráfica sino de un objeto tangible, material.

Un equipo dirigido por Anton Veluscek, del Instituto de Arqueología de Liubliana, dependiente de la Academia Eslovena de Artes y Ciencias, la encontró en unas marismas a unos veinte kilómetros de la capital cuando excavaba los restos de un poblado de palafitos del que había noticia ya desde 1875. Los palafitos, (viviendas apoyadas en pilares sobre una superficie acuática más o menos tranquila; en este caso un lago que ya no existe) han podido ser reconstruidos mostrando cabañas de 7 metros de longitud por 3,5 de anchura y separadas unas de otras por distancias de 2 a 3 metros. Desde 2011 son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El siguiente paso era, pues, buscar otro tipo de cosas que aclarasen el modo de vida de sus habitantes. Éstos vivían allí desde hacía unos 9.000 años, desde el Mesolítico, a base de caza, pesca y recolección, si bien el asentamiento no se considera permanente hasta el Neolítico, en el séptimo milenio. Fue entonces cuando empezaron a desenterrarse piezas diversas, algunas tan curiosas como una canoa o un molde para fabricar hachas de bronce. Sin embargo iba a ser otra la crema de la crema.

La ruda restaurada, tal y como se conserva hoy / foto Daniel Thornton en Wikimedia Commons

La rueda está formada por dos paneles de madera de fresno, algo que ayudó a complementar la datación del radiocarbono con la dendrocronología, es decir, contando los anillos de crecimiento del árbol. Esos 5.100 o 5.350 años de antigüedad que arrojaron los análisis llevan a deducir que uno de los inventos trascendentales del Hombre surgió simultáneamente en Mesopotamia y Europa, si no en más sitios (en espera de otro hallazgo algún día).

La madera de ambas piezas estaba chamuscada, seguramente para protegerla de la acción de parásitos xilófagos. Con un radio de 72 centímetros y un grosor de 5, iba asociada a un eje de roble de 124 centímetros de largo, al que se engarzaba mediante cuñas, de lo que se deduce que dicho eje también giraba. Al principio se pensó que el conjunto no correspondía a un vehículo de tiro sino a una carretilla de mano pero ahora la opinión parece inclinarse a que se uncían un par de animales.

Sometida a un proceso de restauración que duró una década y se llevó a cabo en el Instituto de Investigación Arqueológica de Maguncia (Alemania), actualmente se puede contemplar en el Museo de Liubliana.


Fuentes

World’s oldest wheel found in Slovenia (Alexander Gasser; comunicado oficial del Gobierno de Eslovenia)/Historia de la ciencia y la tecnología (Mariana Isolve)/Wheels. A pictorial history (Edwin Tunis)/Wikipedia


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