Al igual que ocurre con otros tipos de vehículos los trenes también tienen que ser probados antes de iniciar su producción y comercializarse. El rendimiento, la seguridad y el cumplimiento estricto de leyes y directivas comunitarias deben ser obligatoriamente comprobados, y para ello se utilizan circuitos cerrados, similares a los automovilísticos.
Uno de esos circuitos de pruebas está en la República Checa. Es el Circuito Ferroviario de Pruebas de Velim, que consta de dos pistas o vías cerradas, la mayor de las cuales rodea por completo a la pequeña ciudad de Sokoleč, destino habitual por ello para muchos aficionados europeos al mundo de los ferrocarriles.
El complejo se construyó en 1963 en el centro de la región de Bohemia, cercano a las localidades de Velim, Ratenice, Cerhenice y Podebrady, y pronto se convirtió en el lugar preferente para la prueba de ferrocarriles de la Europa del Este. Desde 1995 se prueban allí la mayoría de nuevos modelos de la Unión Europea.

Pertenece al Instituto de Investigación Ferroviaria (Výzkumný ústav železniční), gestionado por la empresa estatal de ferrocarriles České dráhy (Ferrocarriles Checos).
El circuito principal es un óvalo de 13,2 kilómetros de longitud que permite a los trenes alcanzar velocidades de hasta 230 kilómetros por hora, y en cuyo interior se dispone el circuito secundario así como la mencionada villa.
El circuito secundario, que está enlazado al primero, tiene una longitud de 3,9 kilómetros y la velocidad máxima que se puede alcanzar en él es de entre 80 y 120 kilómetros por hora.

Ambos están provistos de todos los sistemas de electrificación usados en la mayoría de países de Europa, permiten comprobar los niveles de ruido de los ferrocarriles, la simulación de fallos técnicos, mecánicos y humanos, así como comprobar la compatibilidad con el Sistema de Control Ferroviario Europeo (ETCS), el estandar de seguridad en la Unión Europea.
Existen otros circuitos ferroviarios en Europa, como el de Bar-le-Duc en Francia, pero generalmente los fabricantes prefieren utilizar el de Velim por las facilidades burocráticas que ofrece.
Una DB Class 102 a 200km por hora en Velim
En España llegó a aprobarse la construcción en Bobadilla, Antequera, del que iba a ser el circuito de pruebas ferroviario más grande del mundo. Se levantó un gran Centro Integral de Servicios Ferroviarios, con un laboratorio de experimentación y estudio de trenes de alta velocidad en el planeado circuito, cuyas obras finalizaron en 2013. Desde entonces permanece cerrado, y el circuito nunca llegó a hacerse realidad.
Fuentes
Výzkumný ústav železniční / Railpress News / La Opinión de Málaga / Wikipedia.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.