Aunque somos unos apasionados de los largos viajes que nos llevan a rincones únicos en el planeta siempre hemos dejado bien claro que nuestro país nos parece tremendamente bello y, en ocasiones, no hace falta irse muy lejos para dar con un verdadero paraíso terrenal y eso es, precisamente, lo que ofrece Mallorca. Sí, lo sabemos, está plagado de alemanes por doquier (pero si ellos están allí es por algo) Y ahora mismo, ahora que todavía hace algo de fresco por la península, visitar esta isla puede ser una idea perfecta. Obviamente, antes de enumerar todos los motivos por los que merece la pena este destino habrá que organizarse bien y para eso estamos nosotros aquí.

Alquiler de coches en Mallorca. Empezamos por este paso porque, en realidad, será uno de los más importantes y lo que permitirá salirse, precisamente, de las zonas que suelen estar más abarrotadas. Aquí ocurre un poco como con Ibiza, que si uno no cuenta con un vehículo con el que moverse, se perderá la mitad de la experiencia porque el transporte público es de lo más limitado en este sentido. Nosotros descubrimos una web llamada Roig.com que cuenta con precios de lo más ajustados, por lo que la podemos recomendar. Eso sí, en temporada alta, cuanto antes se hagan las reservas, mejor que mejor.

Reservar el alojamiento. Os hemos dicho en más de una ocasión que los hoteles están muy bien pero que hoy en día hay unas cuantas más opciones que, en ocasiones, pueden resultar ser de lo más interesantes. En este caso, lo que nosotros recomendamos es o bien un apartahotel o un apartamento (aunque sea a través de páginas como airbnb y a particulares) Esto es debido a que a la hora de comer para un español tampoco es que se vayan a encontrar muchos platos exóticos que haya que probar sí o sí para no perderse nada pero, al ser una isla muy turística, los platos suelen contar con precios bastante elevados, máxime en verano y no siempre eso asegura la mejor calidad. Aunque algún que otro día se salga fuera para comer o cenar, el tener la opción de cocinar uno mismo supondrá un ahorro considerable al final de la travesía. Nosotros, eso sí, recomendamos pasar por ‘Kingfisher Restaurant’ que así, por el nombre, no parece que ofrezca comida muy local que digamos pero, en realidad, sí y el pescado es exquisito y por ‘Como en casa’ que, como su mismo nombre indica, hará que uno deguste los mejores platos de la zona además de una amplia carta que va desde las patatas bravas al solomillo relleno, todo con precios ajustados y un servicio atento que se encarga hasta de que los más pequeños se lo pasen bien.

Tener listos los billetes cuanto antes. Eso, lógicamente, para quienes opten por el avión y no vayan en barco o en ferry para luego usar su propio coche por la isla. Los vuelos siempre con la mayor antelación posible y navegando en modo incógnito a poder ser para que los precios no suban justo en ese último momento en el que uno casi se siente vencedor y con el plan a punto de cerrarlo.

Qué ver en Mallorca

Y, ahora sí que sí, con todo ya listo y una maleta un tanto ligera (la idea por aquí es aprovecharse de las buenas temperaturas con las que suelen contar) estos son algunos de los sitios que nadie puede perderse si va hasta Mallorca.

1. Catedral de Mallorca. Corría el año 1931 cuando este edificio fue declarado como Monumento Histórico-artístico. Se trata de una obra de estilo gótico levantino que tiene la peculiaridad de encontrarse entre dos murallas: la renacentista y la romana que, como ocurría con todas las murallas, servían de protección.

2. Cuevas del Drach. Lo que más nos llamó la atención de este lugar es la profundidad hasta la que se llega (según nos dijeron es hasta los 25 metros). Las cuatro cuevas a las que se denomina así están conectadas entre sí y lo mejor que se puede hacer es contratar un tour para ir descubriéndolas. No os adelantamos nada más, pero los paseos en barca por aquí son, sencillamente, espectaculares.

3. Playa de Es Trenc. Se nos ha hecho un poco complicado elegir sólo una playa porque en Mallorca hay muchas para elegir y cada una de ellas tiene su encanto particular. Quizás esta fue nuestra preferida porque al tratarse de un lugar que cuenta con protección natural lo que uno se encuentra allí es un lugar que, verdaderamente, está muy cuidado. El agua por allí siempre suele estar tranquila, así que es una gozada si lo que se busca es relajarse.

Y esto sería todo… No, para nada, la ensaimada típica no iba a faltar y, además de probarla allí, es un regalo perfecto para llevar de vuelta. A nosotros nos encantaron las que hacen en Forn Fondo: toda la tradición en cada bocado. Sencillamente, exquisitas.


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