Hace unos meses hablamos del circuito más antiguo del mundo que se mantiene en su estado original, el barcelonés Autódromo de Terramar.

Su estado actual no es recomendable para la práctica automovilística, por lo menos sin un buen seguro de coche, pero suele usarse para grabar anuncios, algo que Ferrari y Mercedes hicieron recientemente.

El de Terramar se inauguró en 1923, precisamente el mismo año que se terminó de construir otro circuito singular, esta vez en Italia. Se encuentra en la ciudad de Turín, en la vía Nizza del barrio de Lingotto.

Foto Dgtmedia-Simone en Wikimedia Commons

Allí se comenzó a levantar en 1916 una fábrica de automóviles FIAT diseñada por el arquitecto Giacomo Matté Trucco que supuso toda una obra de arte en sí misma: tenía cinco pisos y en el interior una gran rampa espiral por la que los coches iban ascendiendo a medida que avanzaban en la cadena de montaje.

Cada uno de los cinco pisos del edificio estaba diseñado para especializarse en una parte de la cadena de ensamblaje, de modo que lo que empezaba siendo en el piso inferior solo materiales y piezas individuales, terminaba en el superior convertido en un vehículo FIAT.

Los vehículos terminados salían al tejado de la fábrica, donde los esperaba un piloto para probarlos. Porque en lo alto del edificio había (hay todavía) nada menos que un circuito de pruebas, de forma ovalada y con curvas peraltadas. Éstas, de 180 grados y con peralte muy acusado, se construyeron a partir de una serie de nervios de hormigón, una técnica poco empleada anteriormente.

Si el vehículo pasaba el test, volvía al nivel del suelo a través de una de las dos rampas espirales que flanqueaban la pista por el exterior.

Considerado un edificio vanguardista, incluso por los más destacados arquitectos del continente, solo el complejo de la fábrica River Rouge de Ford en Estados Unidos es comparable en tamaño y escala a la fábrica de Lingotto, que en su momento fue el segundo edificio más grande del mundo por detrás del americano. Hoy constituye uno de los símbolos míticos de la industria italiana, y ha aparecido en numerosas películas, como Mafioso de Alberto Lattuada o la famosa Italian Job de 1969.

Foto SurfAst en Wikimedia Commons

La fábrica de Lingotto funcionó hasta la década de 1970 fabricando diferentes modelos como el Topolino o el 124. Las modernas técnicas de fabricación hicieron que quedara obsoleta, y por eso fue cerrada definitivamente en 1982.

El último modelo que salió de Lingotto, y que fue probado en el circuito, fue el Lancia Delta. Pero no por ello el edificio fue abandonado. Hoy en día constituye un gran centro comercial com tiendas, teatros, sala de congresos y hasta un hotel de lujo.

En cuanto al circuito, sigue intacto y es utilizado para encuentros de clubes automovilísticos y como atracción turística. Tiene 2,4 kilómetros de longitud y 24 metros de anchura.

Una parte del edificio alberga hoy la sede de la Facultad de Ingeniería Automotriz de la Universidad Politécnica de Turín.

En el mundo existen otros circuitos de techo similares, como por ejemplo el de Imperia Automobiles en Nessonvaux, Bélgica; o el del Palacio Chrysler en Buenos Aires, ambos construidos cinco años después del de Lingotto, en 1928. El belga se encuentra en muy mal estado de conservación, y el argentino ha desaparecido transformado en una piscina.


Fuentes

Great Buildings / Jalopnik / Wikipedia.


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