Las primeras personas en alcanzar el Polo Sur en bicicleta: Helen Skelton y María Leijerstam

A Douglas Stoup se le define como líder de expediciones, guía polar, director de fotografía, cineasta, esquiador alpino, snowboarder, escalador, conferenciante, orador motivacional, ecologista y educador, pero en esa curiosa lista faltaría precisamente lo que queríamos tratar hoy en este artículo y que suena tan raro como realmente es: ciclista antártico.

El impulso de superación del Hombre lleva a buscar retos que superen los ya conseguidos y si el Polo Sur fue conquistado el 14 de diciembre de 1911 había que buscar nuevos desafíos; el elegido por Stoup fue recorrer la Antártida en bicicleta, inaugurando así toda una tendencia.

Era y es una proeza, teniendo en cuenta las adversas condiciones climáticas y ambientales del sexto continente: 14 millones de kilómetros cuadrados situados al sur del Círculo Polar Antártico, con un 98% de la superficie cubierta de una capa de hielo de casi 2 kilómetros de espesor pese a las escasas precipitaciones (apenas 200 mm. en la costa) porque las nevadas pueden alcanzar 1,22 metros en un par de días; y es que las temperaturas máximas oscilan entre 5º y 15º en verano por unas mínimas espeluznantes de -80º a -89,2º en invierno.

Mapa de la antártida/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Aún así, decía, todo esto no sirve más que de acicate para los aventureros extremos y Doug Stoup abrió la puerta a los recorridos ciclistas cuando protagonizó aquella ruta alrededor de Patriot Hills, un aeródromo ubicado en la cordillera Heritage, la mitad sur de las Montañas Ellsworth, las más altas de la Antártida con el monte Vinson (4.892 metros de altitud) como techo. En ese inhóspito rincón del mundo la temperatura media es de 30º bajo cero pero entre noviembre y enero, el verano austral, resulta un poco más aceptable para el ser humano y Stoup lo aprovechó para recorrer 200 millas (casi 322 kilómetros) con una bicicleta especial tipo fatbike (que usan ruedas muy gruesas para poder avanzar por terrenos adversos como nieve, barro, arena, etc).

Lo hizo en enero de 2003. Stoup fue un pionero, el precursor de hecho, pero a partir de entonces le siguieron algunos más. El primero, Eric Larsen, se propuso emular a Roald Amundsen y alcanzar el Polo Sur -pero pedaleando- antes que nadie. Este estadounidense de Wisconsin ya conocía el continente helado, al igual que el Polo Norte y el Everest, y en diciembre de 2012 se puso en marcha saliendo desde Hercules Inlet, una ensenada helada situada en la plataforma de hielo Ronne y que suele usarse como punto de partida en las expediciones. Larsen no pudo rematar la jugada y se vio obligado a abandonar cuando llevaba recorrido un cuarto de la distancia total, 281,6 kilómetros, aunque ya era un récord que engrosó haciendo otros 160 kilómetros hasta Patriot Hills.

Ese mismo año le imitó una mujer, Helen Skelton, famosa presentadora inglesa de televisión, actriz y escritora que además era aficionada a los deportes de aventura, corriendo ultramaratones y protagonizando expediciones en solitario como la que hizo en kayak por el Amazonas en 2010. Helen triunfó donde no pudo hacerlo Larsen, llegando al Polo Sur con una bicicleta especial fabricada a medida y con llantas de 20 centímetros de ancho, aunque también se ayudó de esquíes y de un trineo -en el que cargaba 82 kilos de suministros- movido por kite ski (una especie de vela como las de kite surf).

Helen cubrió más de 529,4 kilómetros impulsada por el viento más 165,7 pedaleando y 69 haciendo esquí de fondo. Fue la primera persona de la historia en llegar al Polo Sur pedaleando.

La galesa Maria Leijerstam, otra deportista extrema (por ejemplo, en 2007 corrió la Marathon des Sables en el Sáhara, consistente en siete maratones en otros tantos días), fue la primera en llegar al Polo Sur partiendo de la costa (a diferencia de Skelton), desde la Plataforma de Hielo de Ross.

Tenía experiencia en eso de pedalear en ambientes fríos porque como preparación participó unos meses antes en la Siberian Black Ice Race (cruzar en bicicleta el lago Baikal). Logró su aventura antártica el 27 de diciembre de 2013 en lo que se denominó White Ice Cycle, tras cubrir 600 kilómetros en 10 días atravesando montañas y glaciares en un triciclo reclinado y hecho a medida que usaba neumáticos de 110 milímetros de ancho.

Ello supuso un récord que algunos criticaron por ayudarse de un pequeño motor para subir las pendientes de más desnivel.

Maria Leijerstam en el Polo Sur/Imagen: Maria Leijerstam en Wikimedia Commons

Entre diciembre de 2013 y enero de 2014 el informático norteamericano Daniel Paul Burton, un entusiasta del ciclismo, llevó a cabo un sueño que le había obligado a cambiar de estilo de vida (sedentario y con regulares análisis médicos) y, después de unos años en los que se dedicó a ponerse en forma y cambiar de trabajo abriendo una tienda de bicicletas, se lanzó a una aventura bautizada como The South Pole Epic con el objetivo de publicitar la colaboración con la American Diabetes Association, homenajeando de paso a su madre (que falleció en 2012 de una enfermedad relacionada con el colesterol). Fabricando su propia fatbike y pedaleando desde Hercules Inlet para emular a Eric Larsen, pulverizó todos los récords al hacer 1.247 kilómetros.

Cierto que llevó a cabo esa hazaña en sana rivalidad con el español Juan Menéndez Granados. Asturiano, de Pravia, y veterano de este tipo de actividades (entre otros sitios pasó por el desierto australiano, la selva amazónica, los Andes, el ártico canadiense y la taiga siberiana, cruzando en solitario el lago Baikal a golpe de pedal), él mismo se autobautizó en broma como Juan sin Miedo y emprendió la conquista del Polo Sur al mismo tiempo y desde el mismo punto que Burton.

Fue éste quien se llevó el récord porque Juan tardó algo más, 46 días, y no hizo toda la ruta en la bici sino que la usó durante 193 kilómetros y en los otros 1.247 recurrió a esquíes (Burton se bajaba de la fatbike para empujarla cuando el terreno le impedía seguir pedaleando). Sin embargo, el estadounidense contaba con asistencia mecánica y recibía víveres cuatro veces al día mientras que el español no tenía ningún apoyo ni reabastecimiento e hizo el camino completamente en solitario.


Fuentes

Ice Axe Expeditions/Eric Larsen Explore/Maria Leijerstam Facebook/The South Pole Epic/Juan Sin Miedo/Wikipedia