Hay una frase latina muy conocida que dice In vino veritas (en el vino está la verdad), sugiriendo que bajo los efectos del alcohol uno está más predispuesto a revelar cosas que de otro modo no haría.

No es algo exclusivo de los romanos, muchos otros pueblos tienen dichos parecidos, comenzando por la frase griega En oinoi aletheia que significa más o menos lo mismo. Y el Talmud judío también recoge un pasaje al respecto.

Encontramos la primera alusión a la expresión romana en la Historia Natural (14, 141) de Plinio el Viejo en el siglo I d.C.: volgoque veritas iam attributa vino est (la verdad se atribuye al vino).

Safo y Alceo, cuadro de Lawrence Alma-Tadema (1881) / foto Dominio público en Wikimedia Commons

La griega, aunque anterior y a cargo del poeta Alceo de Mitilene en el siglo VI a.C., la conocemos por una cita del erúdito bizantino Juan Tzetzes en el siglo XII, y viene a decir que el vino es la ventana del hombre. Y en cuanto a la hebrea, mucho más explícita, que encontramos en el Talmud: el vino entra, el secreto sale.

Las propiedades desinhibidoras del alcohol son conocidas desde muy antiguo, pero sorprendentemente también fueron aprovechadas para algo a primera vista tan opuesto como tomar decisiones clave. Heródoto, cuando habla de los persas (en el siglo V a.C.) en el libro primero de su Historia afirma:

Después de bien bebidos, suelen deliberar acerca de los negocios de mayor importancia. Lo que entonces resuelven, lo propone otra vez el amo de la casa en que deliberaron, un día después; y si lo acordado les parece bien en ayunas, lo ponen en ejecución, y si no, lo revocan. También suelen volver a examinar cuando han bebido bien aquello mismo sobre lo cual han deliberado en estado de sobriedad (Historia I, CXXXIII)

Relieve en Persépolis / foto GerardM en Wikimedia Commons

Es decir, las decisiones tomadas mientras estaban bebidos las reexaminaban ya sobrios al día siguiente, y si seguían estando de acuerdo en que eran acertadas, las ponían en práctica. Aparte de que el sistema incluía una parte lúdica que de otro modo no tendría la toma de decisiones, los persas aprovechaban de esa manera la desinhibición producida por el alcohol en el primer debate para recopilar ideas (incluso aquellas que pudieran parecer absurdas).

De ese modo se aseguraban que todos los participantes expusieran puntos de vista que probablemente estando sobrios no se atreverían a revelar. Al día siguiente el debate se tornaría más serio y, reexaminando las cuestiones en que habían estado de acuerdo ebrios, podrían tomar en cuenta opciones que nunca hubieran surgido de no emplear este curioso método.

Sin embargo Heródoto menciona también el contrario, el cual ya no parece tan fiable. Tomar decisiones ebrio, aun cuando se tengan en consideración solo ideas aprobadas estando sobrio, parece ciertamente peligroso.

Detalle del relieve en la escalera Este de la Apadana de Persépolis / foto Phillip Maiwald en Wikimedia Commons

Quizá lo que Heródoto quiere decir, de una manera algo enrevesada, es que los persas querían estar seguros de que sus decisiones eran correctas y estaban tan bien fundadas que podían ser válidas bajo cualquier estado.

Curiosamente Tácito cuenta algo similar pero sobre los germanos en el siglo I d.C.:

Y también tratan en los banquetes de reconciliarse los enemigos, de haber casamientos, elegir príncipes, y, en fin, muchas veces de las cosas de la paz y de la guerra; como si en ningún otro tiempo estuviera el ánimo más capaz de buenos y sencillos pensamientos, ni más pronto y entendido para grandes empresas. Y esta gente, que de suyo no es astuta ni sagaz, pone de manifiesto aun hoy los secretos de su pecho con la licencia de las diversiones. De este modo queda al descubierto y como al desnudo la intención de cada cual. Al día siguiente vuelven a tratar las mismas cuestiones, porque se tiene consideración y respeto con ambos tiempos. Proponen y votan cuando no saben fingir, y resuelven y determinan cuando no pueden errar (Germania, XII)

Según Tácito el método permitía a los germanos liberarse de inhibiciones y evitar la cautela habitual, conduciendo de esta forma a la toma de soluciones innovadoras.


Fuentes

The Skeptical Philosopher / Uncorking the Past: The Quest for Wine, Beer, and Other Alcoholic Beverages (Patrick E.McGovern) / Herodotean Inquiries (S.Bernardete) / Wikipedia.


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