El 3 de marzo de 1918 se firmaba el Tratado de Brest-Litovsk por el que la Rusia soviética abandonaba la Primera Guerra Mundial, acordaba la paz y cedía territorios al imperio alemán y al imperio otomano.
Uno de esos territorios a los que Rusia renunció fue Bielorrusia, inmediatamente ocupado por los alemanes pocos días después de la firma del acuerdo de paz. Ese mismo mes, el 25 de marzo de 1918 se proclamaba la República Popular Bielorrusa, a la que también se conoce como República Democrática de la Rutenia Blanca, como un estado independiente y satélite del imperio alemán.
A éstos les convenía contar con un estado colchón entre la Europa central asociada al concepto de Mitteleuropa y la Rusia soviética. El plan era la unificación cultural y política bajo hegemonía alemana de esta región, de cara a la explotación económica.
Sin embargo, la derrota alemana en la Gran Guerra dejó a Bielorrusia a merced de los soviéticos que, un año más tarde, el 2 de enero de 1919, proclamaban en Smolensk la República Socialista Soviética de Bielorrusia. El gobierno de la República Popular se exilió en Kaunas, Lituania, desde donde negoció con Rusia la liberación de sus presos políticos y el reconocimiento de su independencia, sin éxito.
Entre 1923 y 1945 la Rada o Consejo de la República Popular Bielorrusa se trasladó a Praga, negándose durante el transcurso de la guerra a colaborar con el Reich. Luego, cuando las tropas de Stalin estaban a punto de entrar en la capital checa, buscaron refugio en las zonas de Alemania controladas por los norteamericanos, para establecerse definitivamente en París.
Desde Francia se dedicaron a presionar a los gobiernos occidentales (igual que hacían el gobierno ucraniano y los de los países bálticos, también en el exilio) para que reconociesen la independencia de Bielorrusia. Algo ya prácticamente imposible con la república integrada plenamente en la Unión Soviética.
En vista de que no hacían avances en 1970 mueven otra vez su sede, esta vez a Toronto, en la que permanecen 13 años, y finalmente en 1983 a Nueva York, desde donde operan en la actualidad.
Pero, ¿no es Bielorrusia hoy en día un estado independiente? Efectivamente, tras la disolución de la Unión Soviética y la progresiva obtención de independencia de sus antiguas repúblicas, todos los gobiernos en el exilio fueron entregando oficialmente el poder a los nuevos gobiernos elegidos en elecciones democráticas. Todos excepto la República Popular Bielorrusa.
Ello a pesar de que el nuevo estado bielorruso adoptó en 1990 los símbolos estatales de la República Popular: la Pahonia y la bandera blanca, roja y blanca (sustituidos luego en 1995 por el actual emblema de reminiscencias soviéticas y la bandera roja, verde y blanca actual, muy similar a la del período soviético sin la hoz y el martillo).
Todo parecía indicar que el traspaso del poder se haría tras las primeras elecciones bielorrusas de 1994. Pero la victoria de Alexander Lukashenko, y el establecimiento de un régimen que la Rada (y la mayoría de países occidentales) considera de carácter autoritario, dieron al traste con el proceso.
La Rada de la República Popular Bielorrusa continúa hoy en día sus actividades, considerándose el legítimo gobierno del país y luchando contra su rusificación. Con 98 años de existencia, ningún otro gobierno en el exilio lleva tanto tiempo en activo.
En 1957 el alcalde de Nueva York Robert F. Wagner declaró el 25 de marzo como el Día de la Independencia de Bielorrusia en la ciudad. Posteriormente otros ayuntamientos y estados hicieron lo mismo, como el de Colorado en 1984.
Fuentes
Rada of the Belarusian Democratic Republic (Sitio Oficial) / Historia_a_por_TODAS / Wikipedia.