A finales de la década de 1950 el gobierno canadiense inició las labores de construcción de una nueva ciudad en los Territorios del Noroeste, para sustituir como capital administrativa a Aklavik, ya que esta sufría frecuentes inundaciones y además no contaba con espacio para crecer.
La nueva ciudad se llamó Inuvik y está situada en el canal Este del delta del río Mackenzie, unos 200 kilómetros al norte del Círculo Polar y a tan solo 100 kilómetros de la costa del Océano Ártico. Debido a su situación geográfica experimenta unos 56 días de luz continua cada verano, y 30 días de noche polar cada invierno.
Para 1958 ya se había construido la escuela, y el hospital y los edificios gubernamentales llegarían en 1960, junto con los primeros habitantes, principalmente Inuits, amerindios Dene y mestizos Métis.
Pero antes, en 1955, el futuro pastor católico de la localidad inició la búsqueda de un arquitecto que diseñase la nueva iglesia. La construcción de un edificio en esas latitudes arrojaba algunos problemas importantes. Allí el permafrost está a solo 2 metros de profundidad. Por ello la mayoría de edificios se construyen sobre pilotes anclados en el permafrost. Pero una construcción como una iglesia convencional, con campanario y cúpula, podría llegar a derrumbarse si el hielo bajo ella se movía o derretía.
Sorprendentemente el encargado de planear el edificio no fue un arquitecto, sino un carpintero llamado Maurice Larocque. Éste, que era un misionero de Quebec, había diseñado anteriormente edificios para otras comunidades norteñas, pero no tenía formación en arquitectura.
La ingeniosa solución que halló para el problema fue construir una iglesia circular. Se asentaría sobre una losa de hormigón reforzado en forma cóncava, y entre ésta y el permafrost se dispondría una capa de grava, como aislamiento para evitar que el calor del edificio lo derritiera.
Al mismo tiempo ello permitiría al edificio reflejar la cultura local, ya que tanto la estructura como su decoración emularían el aspecto de un iglú.
Larocque dibujó los planos en un par de láminas de madera contrachapada, que ahora están incluidas en la estructura de la iglesia y son visibles desde la escalera que conduce a la cúpula.
La obra comenzó en el verano de 1958, pero nunca llegó a tener licencia de obra. El motivo es que los funcionarios del gobierno en Ottawa no fueron capaces de entender los planos remitidos por Larocque, y se los devolvieron sin más. Al saber que las obras ya se habían iniciado se intentó parar los trabajos. Se ordenó la inspección por un ingeniero, quien aseguró que la estructura era lo suficientemente robusta como para durar 200 años.
Para reducir costes se utilizaron algunos materiales de desecho, como palos de hockey viejos para hacer las barandillas de las escaleras. El techo interior se cubrió de aluminio reflectante para simular bloques de hielo, y las vidrieras se simularon con papel translúcido sobre cristal.
La consagración e inauguración tuvo lugar en 1960, justo a tiempo para la llegada de los primeros pobladores. La estructura circular es de madera y tiene 23 metros de diámetro, pintada simulando bloques de hielo. Hoy en día la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria es uno de los principales puntos turísticos en los viajes al Círculo Polar Ártico.
Según el escritor de viajes Robin Esrock es una iglesia que no se parece a ninguna otra en la Tierra.
Fuentes
Our Lady of Victory Parish, Inuvik (Sitio Oficial) / The New London / Explore North / Wikipedia.