La capital de Italia es de nuevo el epicentro de la historia religiosa al abrirse al público por primera vez una arquitectura pagana con más de dos mil años de antigüedad.
Este centro de culto religioso, conocido como Basilica Subterránea de Porta Maggiore, es el primero descubierto de tal índole en el mundo, y según los arqueólogos data del primer siglo después de Cristo. La ciudad de Roma no deja de sorprendernos con su historia y los trabajos de arqueología así lo demuestran una vez más.
El descubrimiento fue realizado hace 100 años, cuando en 1917 la construcción de una línea de ferrocarril de Roma a Cassino, una ciudad al sur del país italiano, descubrió un pasadizo subterráneo. En este lugar apareció la basílica, revelando la entrada a la cámara oculta donde aguardan ahora a ser visitados por los interesados un sinfín de objetos y relieves del pasado.
Una basílica de culto pagano de una familia rica
Según el relato del equipo de arqueólogos junto a los historiadores, la arquitectura vendría a representar un culto pagano poco conocido denominado neopitagorismo. La construcción de este centro de oraciones fue ordenado, eso sí, por una familia rica de Roma que era devota de tal culto.
De hecho esta basílica subterránea, originaria del primer siglo después de Cristo, guarda más relación con una escuela de filosofía mística helenística que predicó el ascetismo y tuvo como base los escritos tanto de Pitágoras como de Platón.
Se cree que una de las familias más influyentes por aquel momento en Roma, la familia “Statilius”, fue la encargada de financiar su construcción. Por aquellos tiempos la cultura romana mostraba una diversidad de religiones muy amplia, por lo que no es de extrañar que se encuentren en próximas excavaciones más lugares como este.
No obstante la doctora Giovanna Bandini alega que este culto fue visto como una amenaza porque descartó la idea del emperador como mediador divino entre los mortales y los dioses.
La basílica se abre al público por primera vez
La basílica cuenta con una longitud aproximada de 40 metros de largo y ya está abierta para cualquier interesado en conocer un punto clave más de Roma. Su restauración cuidadosa durante años no deja lugar a dudas de la seguridad del lugar, pudiendo acceder sin problema el visitante que así lo desee.
Una vez que el equipo de expertos restaura el interior, retirando el moho y eliminando depósitos incrustados de calcio con productos químicos, herramientas y láseres, la basílica se abre al público.
La estructura cuenta con tres naves alineadas por seis columnas de roca y un ábside, pero todas están decoradas con imágenes ejecutadas con la calidad de los artesanos de la época y muestran personajes mitológicos como los centauros y los hipogrifos. Por otra parte también se pueden apreciar representaciones de héroes clásicos como Aquiles, Orfeo, Paris y Hércules.
Quizá de lo más llamativo en esta basílica sea su entrada, coronada por la cabeza de Medusa que advierte a todo turista que se atreva a entrar.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.