Un equipo internacional de investigadores reconstruyó, mediante tomografía computerizada, el rostro de Nebiri, un dignatario egipcio que vivió durante el reinado del faraón Tutmosis III, de la XVIII dinastía (1479-1425 a.C.).
La tumba de Nebiri en el Valle de las Reinas (identificada como QV30) fue saqueada en la Antigüedad y su cuerpo destruído. Pero el egiptólogo italiano Ernesto Schiaparelli pudo recuperar su cabeza, así como los recipientes que contenían sus órganos internos, en 1904 durante la excavación sistemática del lugar iniciada un año antes, y cuyo cúlmen sería el descubrimiento de la tumba de Nefertari.
El Valle de las Reinas es como se conoce a la necrópolis egipcia situada al sudoeste del famoso Valle de los Reyes. En ella fueron enterrados reinas y príncipes de las dinastías XIX y XX, aunque también han aparecido tumbas de épocas anteriores, como es el caso de la de Nebiri.
Los análisis químicos revelaron que tanto la cabeza como el cerebro habían sido cuidadosamente embalsamados y tratados con una mezcla de grasa animal y aceites vegetales, plantas aromáticas, resina de coníferas y pistacias. Las vendas con estas sustancias se habían insertado cuidadosamente en todas las partes de la cabeza a través de la nariz, los oídos, los ojos y la boca.
En 2015 se descubrió que Nebiri, cuyos restos se guardan en el Museo Egipcio de Turín, presentaba el caso más antiguo de enfermedad cardiovascular crónica conocido, razón por la que habría fallecido a una edad entre 45 y 60 años.
Este tipo de embalsmamiento refuerza la idea de que Nebiri pertenecía a la élite egipcia, posiblemente un funcionario de alto rango aunque no asociado a la realeza.
Philippe Charlier, antropólogo de la Universidad de París 5, aseguró a Live Science que, la reconstrucción del rostro se trata de un serio trabajo forense basado en las últimas técnicas de reconstrucción facial y que es una realidad anatómica.
El rostro de Nebiri le muestra como un hombre de nariz prominente, mandíbula ancha, cejas rectas y labios moderadamente gruesos. No obstante se trata solo de una aproximación facial que no tiene en cuenta, entre otras cosas, las posibles características y singularidades externas reales.
Fuentes
Live Science / Virtopsy shows a high status funerary treatment in an early 18th Dynasty non-royal individual (Robert D. Loynes et al.)
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