Si alguien cree que los campos de refugiados son una triste realidad de nuestros días se equivoca porque, lamentablemente, poco queda por inventar en materia de catástrofes humanas en tiempos bélicos. Un buen ejemplo podría ser El Shatt, un campo ubicado en Egipto que no acogió a palestinos, ni libaneses ni sirios de conflictos recientes sino a croatas en plena Segunda Guerra Mundial.

En junio de 1943 las potencias del Eje pusieron en marcha una ofensiva sobre los Balcanes conocida como Operación Schwarz, con el objetivo de asegurar la costa del Adriático en previsión de un posible desembarco enemigo y, de paso, terminar con los molestos partisanos yugoslavos (de hecho, in situ también recibió el nombre de Quinta Ofensiva Antipartisana).

El ordinal hace referencia a que, en realidad, ya se había llevado a cabo un intento anterior, la Operación Weiss, para acabar con las andanzas de Tito y sus guerrilleros por Croacia. Aquel intento fracasó porque mientras los alemanes querían un exterminio contundente y definitivo tanto de partisanos como de chetniks (guerrilleros serbios de ideología monárquica y conservadora), los italianos preferían pactar son los segundos para enfrentarlos a los otros; las disensiones en torno a ese punto favorecieron que Tito pudiera escapar.

Tito, a la derecha, en 1944/Foto: dominio público en Wikimedia Commons

Esta vez la campaña se desarrolló de forma implacable por parte germana (apoyada por italianos, búlgaros, ustachas -milicianos fascistas croatas- y la Guardia Nacional Croata), incendiando aldeas, masacrando a la población civil e incluso asesinando a una columna de dos mil heridos que eran evacuados del río Sujetska, donde se había librado la batalla más importante, aunque también el tifus causó estragos.

Pese a que Tito logró escabullirse una vez más amparado en la difícil orografía balcánica, la victoria fue para el Eje, que estableció un férreo control sobre la región a cargo de las SS. En septiembre se produjo un punto de inflexión cuando los Aliados liberaron Italia, cayendo el régimen mussoliniano y pasando el país a posicionarse contra sus antiguos socios. Las tropas transalpinas abandonaron Yugoslavia y los partisanos ganaron así una bocanada de oxígeno que les permitió reorganizarse.

La Operación Schwartz/Imagen: Rowanwindwhistler en Wikimedia Commons

Sin embargo, las cosas no resultaron tan fáciles como parecían. La Wehrmacht levantó una línea defensiva llamada Gustav que detuvo el avance enemigo durante meses y le causó una enorme cantidad de bajas. Ello favoreció una nueva ofensiva teutona en lo que era la Gobernación Italiana de Dalmacia, prácticamente vacía de transalpinos porque en septiembre de 1943, tras la caída de Mussolini, los partisanos de Tito los fusilaron en masa en lo que se conoce como la Masacre de las Foibe (las foibe eran dolinas que ancestralmente se usaban para arrojar cuerpos de ejecutados).

Cuando los alemanes, ante el vacío de poder, asumieron el control de la región, decenas de miles de civiles huyeron temiendo posibles represalias. Cerca de veintiocho mil personas procedentes de las localidades de Vodice, Hvar, Vis, Korčula, Ravni Kotari, Bukovica y, sobre todo, Makarska, se refugiaron en la Isla de Vis, un pedazo de tierra (noventa kilómetros cuadrados) en la costa adriatica, más o menos a la altura de la ciudad de Split.

Vis había sido ocupada por Italia en 1941, que impuso su idioma y un proceso de italianización mediante la fuerza y la intimidación de partidas de paramilitares. Alemania no pudo recuperarla y fue allí precisamente, en una gruta insular llamada hoy la Cueva de Tito, donde el líder partisano se ocultó tras la citada Operación Schwartz y donde estableció luego su cuartel general.

La Cueva de Tito en la isla de Vis/Foto: Ex13 en Wikimedia Commons

Dado que era el único punto de toda Croacia que escapaba al dominio nazi, también se concentraron en su escasa superficie ancianos, mujeres y niños, atendidos por el ejército británico. Todo un problema logístico que se solucionó con la decisión de trasladar a aquella gente a un sitio más apropiado. El lugar elegido inicialmente fue el sur de Italia y los refugiados fueron alojados en Bari y Tarento. Pero la península aún no había sido totalmente conquistada y existía el peligro de los bombardeos, por lo que resultaba recomendable alejarlos un poco más.

De esta forma nació el campo de refugiados de El Shatt, en el norte de la península egipcia del Sinaí, cerca del Canal de Suez. Era un complejo dividido en cinco áreas y bastante precario, pues no había estructuras arquitectónicas sino sólo tiendas de campaña, cada una de las cuales debía albergar a dos familias. Aún así, los dálmatas trataron de llevar una vida lo más normal posible, organizando talleres, escuelas para los niños, una lavandería, una iglesia, una orquesta con coro… Incluso se editó prensa: Naš List (Nuestro periódico).

Llegaron en el verano de 1944 y permanecieron en esa dura tierra hasta 1946. Dura por el calor del desierto, la escasez de agua y las consiguientes enfermedades que provocaron una mortalidad considerable, especialmente infantil. Además el trato de los soldados británicos que les custodiaban era muy estricto, permitiendo la salida del campo sólo con autorización expresa, casi como si se tratase de prisioneros en vez de refugiados.

En suma, dieciocho severos meses durante los cuales, no obstante, la vida y la esperanza se abrieron camino; dieron fe de ello el medio millar de matrimonios y los seiscientos cincuenta nacimientos acaecidos en ese tiempo. A principios de 1946, con el final de la guerra, pudieron retornar a sus hogares en Yugoslavia. El campo fue levantado pero allí persiste, como recuerdo, un cementerio con las ochocientas veinticinco tumbas de los que quedaron atrás (lamentablemente muy dañado en la guerra árabe-israelí) y un monumento erigido en su memoria en 2003.


Fuentes

Feb. 1944 El Shatt. Egypt. Nov 1948 (Rusko Matulić)/The Rough Guide to Croatia (Jonathan Bousfield)/Croatia. A History (Ivo Goldstein)/Serbia, Croatia and Germany 1941-1945. Civil War and Revolution in the Balkans (Paul N. Hehn en JStor)/Wikipedia


  • Compártelo en:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.