Uno de los principales riesgos a que se enfrentan los percebeiros en su ya de por si dificil labor es la impredecibilidad del mar. Tradicionalmente han sido solo la vista y el oido sus armas para detectar el peligro inminente, pero ya sabemos que los sentidos no siempre son fiables.
Ahora Nissan, después de un año de investigaciones, ha conseguido aplicar la tecnología Safety Shield (escudo de protección inteligente) que emplea en sus vehículos a un dispositivo que funcione como un sexto sentido, detectando y avisando a los percebeiros de cualquier cambio en el mar que pueda suponer una amenaza para su vida.
El conjunto utiliza un sistema LIDAR de infrarrojos para analizar la espuma de las olas y predecir, mediante un algoritmo, cuando está a punto de llegar una ola peligrosa. Para ello se usa un láser de precisión apuntando desde tierra a la superficie marina que cataloga los tipos de olas que se aproximan.
El objetivo principal es detectar la falsa mar, olas que vienen desde muy lejos arrastrando enormes cantidades de agua y que son dificiles de detectar a simple vista.

Cuando procede se genera una alerta que se envía en tiempo real a un receptor instalado en la espalda del traje de neopreno del percebeiro, dándole tiempo para tomar las precauciones adecuadas.
Las alertas son de tres tipos, visuales, sonoras y físicas, dependiendo de la gravedad. Así, una alerta básica visual formada por la unión de varios LED avisa de cuando van a romper las olas. A ella se suma la alerta de audio, con frecuencias de sonidos personalizadas en función del riesgo. Y se completa con un módulo de vibración en la zona lumbar. La combinación de los tres tipos permite enviar avisos cuando hay riesgo de olas peligrosas, e incluso una señal de cancelación si las condiciones para faenar son realmente peligrosas.
En caso de que un percebeiro caiga al mar arrastrado por las olas, el dispositivo envía de manera autónoma una señal de emergencia.
El sistema se desarrolló en conjunto con científicos, oceanógrafos y percebeiros de la Cofradía de Cangas en Galicia, y las pruebas realizadas tanto en la costa gallega como en la piscina de olas del CSIC dieron buenos resultados.
Ahora los resultados de la investigación han sido cedidos al profesor del CSIC Josep Lluís Pelegrí, con la finalidad de que se pueda adaptar más situaciones y usos que permitan salvar vidas.
Fuentes
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