En los años cuarenta nadie podía imaginar en lo que iba a convertirse la original pista de hierba y las carpas de lona cedidas por la RAF que hacían las veces de terminal en Heathrow.

Eran el germen de lo que con el tiempo sería uno de los mejores aeropuertos del mundo, liderando hoy en día el tráfico aéreo internacional.

Por entonces apenas movía 60.000 pasajeros que debían llegar hasta el avión por un sendero de madera para no embarrarse. En los sesenta Heathrow amplió sus instalaciones con tres terminales, y más tarde se añadirían otras dos, la última en 2008, diseñada por el prestigioso arquitecto Richard Rogers.

Así Heathrow se convirtió en referente internacional en materia de transporte aéreo, y con la llegada de las nuevas tecnologías se ha volcado regularmente en la publicación de consejos y artículos de ayuda al viajero. Como este interesante y fascinante vídeo que nos enseña la mejor manera de hacer el equipaje optimizando el espacio disponible en la maleta y mostrando una serie de ventajas que permite la técnica en cuestión.

Algunas medidas son de sentido común, como poner el calzado en el fondo y rellenarlo con calcetines ocupando la mitad del espacio y dejando la otra mitad para camisetas. Los huecos que queden libres se cubren con piezas pequeñas y así se proporciona estabilidad y acolchamiento al conjunto. Pantalones, faldas, chaquetas y vestidos se van superponiendo luego, unos encima de otros de forma escalonada para ir doblándolos uno por uno.

Entonces llega el momento de crear un espacio mágico adicional cubriendo el conjunto con una bolsa grande de plástico en la que se introducirán libros, cámaras y la bolsita transparente de los líquidos, de forma que si en el control de seguridad te exigen abrir el equipaje para comprobar ésta, será lo primero que vean sin necesidad de revolver la ropa. La otra parte de la maleta servirá exclusivamente para las camisas (más delicadas por aquello de las arrugas).

Foto: pixabay.com

Este ahorro de espacio nos evitará tener que cargar con más de un bulto y, en el caso de Heathrow, la posibilidad de evitar el desplazamiento a Londres en taxi, que supone un desembolso considerable, de 40 a 70 libras, y una hora de tráfico.

En su lugar se puede utilizar el autobús, que tarda más o menos lo mismo pero es más barato. El Airbus 2 va recogiendo gente en todas las terminales y termina trayecto en King’s Cross. O el Metro, que también es asequible, aunque la línea Piccadilly, la que va al centro, tarda también en torno a una hora. Por último está la opción del tren: en la mitad de tiempo (Heathrow Connect, con paradas) o incluso menos, un cuarto de hora (Heathrow Express hasta London Paddington).


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