En 1959 se descubrieron en la basílica de Saint-Denis en París, el lugar de enterramiento durante siglos de los reyes de Francia, numerosos sarcófagos medievales.
El encargado de los trabajos arqueológicos parisinos era, en aquellos momentos, Michel Fleury, uno de los más destacados especialistas franceses. Al abrir uno de los sarcófagos se percató de algo inusual, que hacía que su contenido fuera ciertamente especial.
En su interior, junto a los restos de huesos, tejidos y joyas habituales, había algo más, lo que parecía ser un órgano momificado. Efectivamente, se trataba de un pulmón, que se había preservado de una forma que los investigadores no pudieron explicar en el momento.
El personaje sepultado allí se pudo identificar gracias al vestido y las joyas que le acompañaban. En concreto uno de los anillos contenía la inscripción Arnegundis rodeando el monograma central Regine. Se trataba de la reina Arnegonda, esposa del rey merovingio Clotario I, que vivió entre el 515 y el 573 aproximadamente.
Clotario llegó a tener varias esposas al mismo tiempo, por lo que Arnegonda lo compartió, entre otras, con su propia hermana Ingonda que se había casado con el rey anteriormente.
Asimismo será la madre de Chilperico I, que a la muerte de su padre se convirtió en rey de Neustria. Sin embargo Arnegonda no era descendiente de sangre merovingia, lo que hizo inútiles los análisis de ADN realizados en 2006 por Josh Bernstein para comprobar si tenía características orientales, al hilo del revuelo suscitado por el libro El Código Da Vinci de Dan Brown, en el que se afirma que los merovingios descendían de Jesús. Era una princesa germana de Turingia, hija del rey Baderico.
Los Turingios habían invadido la Galia junto con los hunos, a los que se habían aliado, creando un reino propio. Serían vencidos precisamente por Clotario I en el año 531 y su reino incorporado por los merovingios al de los francos. Más o menos en esa misma fecha se produciría el matrimonio de Arnegonda con Clotario.
Los análisis de sus restos evidenciaron que tenía algún tipo de discapacidad física, pudiendo haber sufrido de poliomielitis muy joven, lo que sustentaría la leyenda de que Clotario la tomó por esposa a instancias de su hermana Ingonda, ya que de otro modo no hubiera encontrado marido.
El misterio de su pulmón momificado suscitó diferentes teorías a lo largo de las últimas décadas. ¿Se había momificado de manera natural o había sido embalsamado a propósito?.
Un equipo de investigadores dirigido por la bio-antropóloga Raffaella Bianucci, de la Universidad de Turín, dió con la solución en 2016, en la que juega un papel importante un cinturón de cobre hallado junto con los restos.
Los análisis revelaron inusuales concentraciones de iones de cobre en la superficie del tejido pulmonar, y de óxido de cobre así como pequeñas cantidades de ácido benzoico (hoy utilizado en conservas de productos enlatados) y compuestos similares en el interior del órgano.
Estas substancias son de origen natural y muy similares a las encontradas en algunas momias egipcias. Lo cual, según los investigadores, reafirma la teoría de que Arnegonda fue sometida a una inyección oral de fluidos con componentes de plantas aromáticas o especias.
Dado que Arnegonda llevaba en la cintura el mencionado cinturón, el óxido de cobre hallado en los pulmones procedería del mismo. Y las propiedades conservantes del cobre unidas al tratamiento con especias serían lo que habrían permitido la momificación del pulmón, ya que fue allí donde se acumuló el líquido. Por eso es el único órgano que se conservó.
Se sabe que los merovingios embalsamaban a sus monarcas siguiendo un procedimiento que habían aprendido de los romanos, quienes a su vez lo habían obtenido de los egipcios. Según Bianucci, está claro que la momificación merovingia era un proceso mucho menos sofisticado, basado principalmente en el uso de aceites, especias y plantas aromáticas como el tomillo, la mirra o el aloe.
La reina Arnegonda es así, uno de los pocos personajes medievales de los que tenemos documentación histórica a través de la fuentes, restos físicos y objetos.
Fuentes
Seeker / Archaeology News / Breve historia de los merovingios (Ernest Bendriss) / Merovingian Queens / Wikipedia
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