En el extremo norte de los montes Urales, al este de la República de Komi lindando con el Círculo Polar Ártico, se alzan siete impresionantes pilares de roca solitarios.

Reciben el nombre de formaciones rocosas de Manpupuner, aunque quizá son más conocidos por el apelativo de los siete hombres fornidos y localmente como los mástiles de la república.

Se localizan en el distrito de Troitsko-Pechorsky, en una montaña entre los ríos Ilich y Pechora, alcanzando hasta 42 metros de altura sobre el entorno, que es asombrosamente llano, lo que produce una impresión visual realmente curiosa.

Foto Kasimys en Wikimedia Commons

Lo inexplicable de su condición para los antiguos Mansi, los pobladores nativos de la zona, hizo que los considerasen elementos sagrados, aspecto que se mantiene hasta hoy en día, y por ello actividades como la escalada están prohibidas. En la lengua ancestral de Komi la montaña en que se situan se denomina Montaña de los Ídolos.

Su cercanía al Círculo Polar Ártico les confirió además un estatus legendario, basado en la creencia de que eran los restos de alguna antigua civilización perdida. Concretamente se dice que eran parte de un contingente de gigantes samoyedos invasores, nativos de Siberia, que quedaron petrificados por el efecto de los rayos de sol reflejados en los escudos de los Mansi.

En realidad estas espectaculares formaciones son el resultado de la acción de los elementos meteorológicos. Hace 200 millones de años el lugar donde hoy se alzan los pilares era una alta montaña. La lluvia, la nieve, el viento y los contrastes térmicos fueron destruyéndola gradualmente, erosionando la roca arcillosa y dejando solo en pie aquellos elementos de roca más dura.

Los pilares habrían resistido la erosión por estar formados por la solidificación de magma bajo la superficie en tiempos remotos, y su composición es de esquistos de cuarcita.

Comparación de la altura de un hombre con los pilares de Manpupuner / foto Shutterstock

Cada uno de los pilares adopta formas caprichosas que se asemejan, según como se miren, a figuras de hombres, una cabeza de caballo, un carnero, e incluso dicen que el pilar más apartado de todos parece una botella invertida.

A pesar de que este monumento geológico es muy conocido en Rusia, sobre todo después de que un canal de televisión lo nombrase como una de las Siete Maravillas de Rusia en un concurso en 2008, es bastante desconocido en el exterior, por lo que apenas recibe turismo.

Principalmente por lo remoto de su situación y la dificultad de acceso. Para poder llegar hasta allí, alejado algunos centenares de kilómetros de cualquier lugar habitado, hay que pedir un permiso especial en la oficina de la reserva natural del Pechora-Ilich, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, dentro del espacio conocido como Bosques Vírgenes de Komi. También existe la posibilidad de visitarlos en helicóptero.


Fuentes

Manorama / Documenting Reality / Wikipedia


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