Desde tiempos prehistóricos los artistas han utilizado el color negro para realizar sus obras, siendo posiblemente el primer pigmento obtenido de la historia.

Su obtención ha variado a lo largo de los tiempos, posiblemente primero a partir de carbón vegetal, pero en algún momento indeterminado los artistas descubrieron que el color negro era mucho más intenso y profundo si se extraía de huesos de animales.

Para ello se quemaban los huesos, principalmente de vacuno pero también de otros animales como hipopótamos, y del carbón resultante se obtenía el pigmento, formado por carbono en aproximadamente un 20 por ciento, hidroxiapatita y sulfato de calcio, que apenas refleja la luz en la parte visible del espectro.

Polvo de negro de hueso / foto Boston Museum of Fine Arts

Hasta el siglo XX también se obtenía por carbonización de marfil, una variedad que se llamó por ello Negro marfil. Según Plinio fue el pintor Apeles quien, en el 350 a.C. siendo pintor de cámara de Alejandro Magno, obtuvo por primera vez el negro elephantinum por calentamiento de marfil.

Pero el Ivory Black (negro marfil) fue abandonado debido al alto coste de obtención y producción y, por supuesto, a que las especies de las que procede comenzaron a ser protegidas.

Existen numerosas referencias del uso del pigmento en las fuentes históricas, y ha sido indentificado tanto en pinturas prehistóricas como egipcias, griegas y romanas. Su uso se extendió durante la Edad Media y el Renacimiento en Europa, y posteriormente en pinturas al óleo y acuarelas en tiempos modernos.

El color negro de Las Meninas de Velázquez procede de Negro Hueso / foto Dominio público en Wikimedia Commons

El pigmento fue abundantemente utilizado por los pintores europeos, como Vermeer, Rembrandt, El Bosco, Rubens o Velázquez. En tiempos más recientes se puede rastrear en obras de Manet, Cézanne o Picasso. Todavía continúa comercializándose y siendo utilizado en el arte contemporáneo.

En inglés se conoce al pigmento y al color como Bone black (negro hueso), y no hay que confundirlo con otras variedades de negro como el obtenido del carbón vegetal o la combustión de aceites en ausencia de oxígeno, que se suelen emplear para fabricar tinta de impresora.

Para fabricar el pigmento se trituran los huesos carbonizados, quedando un polvo que no es uniforme, ya que contiene siempre más o menos granos de hueso duro. Luego se le añade un 50 por ciento de su peso en aceite y se comercializa.

Una parte va para la industria de la pintura, pero otra muy importante se emplea en las refinerías de azúcar para decolorar éste, ya que es la sustancia más efectiva y eficiente para tal fin descubierta hasta hoy día. Finalmente otra pequeña parte de la producción se destina a fertilizantes.

Entre las obras famosas en las que el pigmento está presente están Las Meninas de Velázquez, Las señoritas de Avignon de Picasso, La joven de la Perla de Vermeer, La música en las Tullerías de Manet y un montón de obras de Rembrandt.


Fuentes

Los materiales de pintura y su empleo en el arte (Max Doerner) / Pigments through the ages / Colourlex / Boston Museum of Fine Arts / Wikisource / Wikipedia


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