Situado en el municipio barcelonés de Sant Pere de Ribes, el Autódromo de Terramar fue pionero en Europa en los años 20.

Los norteamericanos y los británicos se habían adelantado a principios de la década de 1920 con los circuitos de Indianápolis y Brooklands, pero tras ellos hay que situar cronológicamente al de Terramar.

Se construyó en el tiempo record de 300 días, aunque no fue suficiente para adelantarse a los italianos, que ya tenían a punto el mítico circuito de Monza. Costó 4 millones de pesetas de la época y se inauguró el 28 de octubre de 1923, poco más de un año depués que Monza.

Tiene una longitud de 2 kilómetros y diseño ovalado con dos curvas, realizado por Jaume Mestres i Fossas. La inauguración, que estuvo presidida por Alfonso XIII, y se disputó el segundo Gran Premio de España de automovilismo de la historia, que ganó el italiano Dario Resta al volante de su Talbot.

El autódromo de Terramar en 2012 / foto EliziR en Wikimedia Commons

Pero pronto la falta de público y las quejas de los pilotos por la extremada elevación de los peraltes (no en vano se anunciaba como el autódromo más emocionante del mundo), que tienen entre 60 y 90 grados, y el peligro que ello conllevaba para la conducción, hizo que las carreras fuesen cada vez más escasas. Hasta que en 1925, dos años después de la inauguración, se cerró.

Reabrió en 1929 de la mano de Edgar Morawitz, conde y piloto polaco exiliado en España, que compró el circuito y trató de rentabilizarlo. Como evento publicitario disputó él mismo a bordo de un Bugati una carrera contra una avioneta, que ganó en la primera tanda, pero perdió en la segunda.

Consiguió su propósito y para 1932 el circuito volvió a ser escenario de una prueba del Campeonato Español de Motociclismo. Pero cuatro años más tarde llegó la Guerra Civil y el autódromo se convirtió en cuartel republicano.

Estado del autódromo en 2014 / foto Xurei en Wikimedia Commons

Tras la contienda Morawitz vendió el circuito a José Emilio Ferrer Dalmau, pero ya no volvería a ver competiciones, siendo convertido en granja avícola.

Actualmente la familia Ricart i Lloret es la propietaria de los terrenos, y en 2009 anunciaron su intención de restaurar el circuito y convertirlo en un parque temático y museo del motor, algo que todavía no se ha llevado a cabo.

Entretanto el circuito permanece abandonado, aunque ese mismo año 2009 se realizó una limpieza de la pista y se organizan visitas guiadas desde entonces. Incluso, con permiso del propietario, es posible utilizarlo, lo que vienen haciendo desde entonces aficionados al motor. También se grabaron sendos spots publicitarios de Mercedes y Ferrari.

En 2012 tuvo lugar allí una demostración a cargo de Carlos Sainz y Miguel Molina, conduciendo sendos Audi R8 LMS. Sainz estableció entonces el record oficioso del circuito en 42,6 segundos a 170 kilómetros por hora, batiendo la anterior marca de Louis Zborowski (45,8 segundos a 157 kilómetros por hora), conseguida en 1923 con un Miller.

Hoy en día, casi cien años después, en la época de los coches autónomos y la compra de recambios por internet, el Autódromo de Terramar es el más antiguo del mundo que se mantiene en su estado original, ya que tanto Indianápolis como Brooklands y Monza fueron remodelados posteriormente.


Fuentes

Lugares Abandonados / La Vanguardia / Wikipedia


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