A ambos lados de los Pirineos, en un área que va de Andorra al Golfo de Vizcaya, se distribuyen más de 1.400 monumentos megalíticos, cromlechs y menhires.
También llamados harrespil (círculo de piedras) en vasco, se trata de un conjunto único de crómlechs sin equivalente en el resto de la Península Ibérica y que, comparativamente con los hallados en otras partes de Europa son de menor tamaño, aunque los interrogantes que suscitan son igual de interesantes.
Se comenzaron a estudiar a principios del siglo XX y para 1917 J.M. de Barandiarán ya cita en su obra sobre la prehistoria vasca más de 20. Actualmente se catalogan unos 1.445, la mayoría de ellos sin excavar (933 en la parte española y 512 en la francesa). Los que sí se han estudiado arrojan una datación en torno al año 1200-600 a.C., durante la Edad del Hierro.
Un dato curioso es que su distribución en el Pirineo aragonés y navarro se interrumpe al llegar al río Leizarán, ya que a partir de su margen occidental solo aparecen algunos pocos ejemplares desperdigados.
Así, el arqueólogo Xavier Peñalver opina que el valle del Leizarán debió ser en la Edad del Hierro la frontera que separaba dos culturas diferentes, la de los vascones al este y los várdulos al oeste. Esta opinión es secundada por la arqueóloga Mercedes Urteaga, indicando que esa frontera delimitaba los límites de vascones y celtíberos.
Su forma es similar a la de otros cromlech europeos, un círculo de piedras, en ocasiones rodeando un túmulo o un dolmen (como el de Ponzotarri), con un diámetro de entre 2 y 21 metros (los más numerosos miden entre 3 y 10 metros), y cuyos menhires no sobrepasan generalmente los 3 metros. Los que conservan más o menos todas las piedras del círculo constan de entre 8 y 50.
Habitualmente aparecen agrupados llegándose a registrar conjuntos de varios círculos de diferentes diámetros. El mayor de todos es el de Agiña con 27, seguido del de Errekaleku con 26 (ambos en Navarra) y el de Okabe (en Francia), con 26 cromlechs. La zona donde se han documentado mayor número de ellos es la Corona de los Muertos, en Huesca, donde hay más de 100.
El crómlech más grande de todos es el de Azpegiko Lepoa en Navarra, que tiene un diámetro de 21 metros, seguido del de Ibón de Tramacastilla en Huesca, con 18 metros.
En algunos de los excavados han aparecido restos humanos en forma de cenizas, por lo que se considera que tenían una sentido funerario. No obstante, la escasa cantidad de restos hallados no permite identificar su función como sepultura propiamente dicha, sino solo como el cenotafio en que se deposita simbolicamente una parte de las cenizas del fallecido.
También se han recuperado fragmentos de cerámica, anillos y puntas de flecha de sílex, entre otros elementos. Para algunos autores serían las tumbas, situadas a una media de 1.000 metros de altura, de pastores que habitaban en cotas algo más bajas de los Pirineos.
Aun así, tampoco se descartan otras posibles funciones, como la astronómica. De hecho, en el cromlech de Mendiluce (en la Sierra de Encia, Álava), uno de los pocos situados al oeste de Leizarán, se comprobó que los menhires más grandes, los situados en el eje este-oeste, marcan una orientación que coincide más o menos con el ocaso del sol en el solsticio de verano.
Y algunos han querido proponer una teoría alternativa, relacionándolos con el Camino de Santiago (Camino de las Estrellas) y una hipotética primitiva religión pirenaica. Esta asociación, que se basa en buena medida en la toponimia y las supuestas similitudes de la lengua vasca con el sumerio, parece bastante improbable.
Muchos de los crómlechs pirenaicos están catalogados en The Megalithic Portal, con información de su situación y coordenadas, mapas, imágenes y, en algunos casos condiciones de acceso.
Fuentes
Leitzaran: la frontera de la Edad de Hierro / Imago Pyrenaei: Cromlech, baratzak, cercle de pierres /El Crómlech Pirenaico / Nueva visión del Cromlech Pirenaico y del Camino de Santiago / Wikipedia
Libro recomendado
Dólmenes, crómlech y menhires: Guía básica del megalitismo en Euskal Herria (Xabier Peñalver)
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