Documentados desde hace unos 100 años, el suicidio masivo de aves que se repite anualmente en dos puntos concretos del planeta sigue sin tener una explicación científica.
Por supuesto los habitantes locales de Jatinga, en la India, y de Ozogoche, en Ecuador, tienen su propia explicación legendaria. Pero hasta ahora los científicos que han estudiado ambos eventos no han podido más que proponer teorías. En realidad los pájaros no se suicidan, sino que caen por causas hasta ahora desconocidas.
En el caso de Jatinga el primer registro de este inusual hecho proviene del libro Wild Life of India publicado en 1957 por ornitólogo británico E.P. Gee, quien visitó el lugar para estudiar las extrañas muertes de aves migratorias y llegó a la conclusión de que ocurría siempre que había niebla o bruma y luna nueva.
Jatinga es una pequeña localidad de apenas 2.500 habitantes en el estado de Assam, al nordeste de India. Anualmente, tras la estación del monzón, normalmente entre septiembre y noviembre durante la noche (normalmente entre las 19 y 22 horas), miles de aves migratorias parecen desorientarse a causa de las luces de la ciudad y se estrellan contra el suelo. Algunos mueren por el impacto, pero la mayoría son rematados por los habitantes que creen son espíritus malignos que caen del cielo.
Esto lleva ocurriendo más de 100 años, sin que se sepa en primer lugar por qué las aves vuelan de noche y por qué siguen cayendo en ese lugar concreto año tras año, una franja de 1,5 kilómetros de longitud por 200 metros de ancho, y no en otros cercanos.
Y en segundo lugar, es sabido que las aves migratorias de larga distancia no se sienten atraídas por las luces de las ciudades, por lo que la mayoría de las muertes son de aves no migratorias procedentes de los valles y colinas cercanos. Además este comportamiento extraño no se circunscribe a una sola especie, ya que se han documentado hasta 44 especies de aves diferentes.
Algunos opinan que una fatal combinación de altitud, fuertes vientos y niebla desorienta a las aves, que se ven atraídas por la luces tratando de estabilizar su vuelo. Otros sugieren que el clima de la zona provoca cambios en las cualidades magnéticas del agua subterránea, provocando la desorientación.
Los estudios de ornitólogos y especialistas de todo el mundo no han llegado a ninguna conclusión, aunque la labor de organizaciones de protección animal ha logrado reducir las muertes en un 40 por ciento durante los últimos años. Incluso se han instalado torres de observación para presenciar el fenómeno.
Anwaruddin Choundhury, uno de los más prestigiosos ornitólogos de India, describe el fenómeno en su libro The Birds of Assam, en el que además recoge incidentes similares en lugares como Malasia y Filipinas, aunque de menor escala.
En el caso ecuatoriano el evento se repite también anualmente en las Lagunas de Ozogoche, en los páramos de los Andes a unos 3.800 metros de altitud. Allí sucede durante los meses de agosto y septiembre, también por las noches.
Miles de aves conocidas como cuvivíes caen a las gélidas lagunas, donde los habitantes las encuentras muertas a la mañana siguiente. La teoría de los científicos es que los cuvivíes buscan protección en los páramos durante las noches de tormenta, y aquellas que tienen la mala suerte de caer al agua mueren al instante por el choque térmico.
Fuentes: The Times of India / BBC / Haunted India / Wikipedia
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