Osprey, Almena, Tempus, Platea… Los aficionados a la historia militar disponen de las publicaciones de un buen número de editoriales especializadas -más otras generales con secciones específicas- para satisfacer su pasión por el tema.
Ahora bien, más de uno se preguntará cómo es posible conocer con tanto detalle el equipamiento bélico de siglos atrás, hasta qué punto es suficiente con lo que recupera la arqueología o lo representado por el arte. La respuesta está en los libros de la época porque, aunque alguno se sorprenda, ya antaño se escribían tratados de militaria.
Esta especialidad vivió su primer gran momento de esplendor en ese lapso cronológico que abarcó el paso del Medievo al Renacimiento, cuando hubo docenas de publicaciones que sentarían las bases del género.
Entre las más famosas están Epitoma rei militari del autor romano bajoimperial Publius Flavius Vegetius Renatus o el Totth del maestro de esgrima Hans Talhoffer (un manuscrito del siglo XV), por ejemplo, y ambas tienen una cosa en común: sus ediciones están basadas en una tercera obra titulada Bellifortis, un auténtico clásico.
En realidad De re militari es anterior pero no se editó hasta el siglo XVI (en latín y francés) y para entonces sus ilustraciones se inspiraban abiertamente en las de Belliforti, al igual que pasó con el libro de Talhoffer pese a ser prácticamente contemporáneo, del XV, lo cual nos da una idea de la importancia que tuvo aquel estudio a lo largo de los siglos.
Lo cierto es que los autores se retroalimentaban entre ellos y si Bellifortis se basó a su vez en el Strategemata, otro tratado antiguo sobre estrategia militar escrito a finales del siglo I d.C. por Frontinus (un general del emperador Domiciano), éste lo hacía en los de Tito Livio y Valerio Máximo.
El caso es que Bellifortis está considerado el primer estudio completo e ilustrado sobre tecnología militar y, como se ve, constituyó un modelo para la mayor parte de la bibliografía posterior.
Su autor fue Konrad Kyeser, un ingeniero militar alemán nacido en Eichstätt (Bavaria) en 1366. Kyeser dedicó su obra a Wenceslao de Bohemia, que había sido Rey de Romanos (título que usaba el principal candidato a Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico hasta su coronación efectiva por el Papa) pero que finalmente no había conseguido la corona imperial al ser depuesto por Roberto Wittelsbach, a la postre elegido emperador con el nombre de Roberto III, de ahí que Kyeser cambiara el destinatario del libro por él.
El escritor no carecía de experiencia bélica: tras estudiar medicina y vivir en la corte de Padua se incorporó a la cruzada contra los otomanos que terminó en desastre en 1396 con la estrepitosa derrota de Nicópolis. Después se estableció en Bohemia donde, entre 1402 y 1405, se dedicó a escribir su obra.
Está en latín y se estructura en diez capítulos, cada uno dedicado a un aspecto del arte militar o relacionado más o menos con él según el criterio de la época: carros protegidos, trenes de asedio, ingenios hidraúlicos, ascensores, armas de fuego, armas defensivas, maravillosos secretos [sic], fuegos artificiales para la guerra, fuegos artificiales para la diversión y herramientas auxiliares.
Algunas de las máquinas y herramientas descritas eran una novedad mientras que otras existían desde mucho tiempo atrás, de manera que el lector irá viendo ballestas, cañones, catapultas, trebuchets, puentes móviles, barcos, escalas de asalto e incluso instrumentos de tortura, entre otras muchas cosas. Digo ver porque Bellifortis se caracteriza por acompañar los textos con interesantísimas ilustraciones.
Como decía antes, se trata de un libro muy completo que estudia la guerra desde múltiples perspectivas y, si bien prima la poliorcética (fortificaciones y asedios) por razones coyunturales, también dedica atención a cuestiones que hoy nos pueden parecer inauditas, caso de la astrología y la brujería aplicadas en plan técnicas auxiliares.
En ese sentido presenta a Alejandro Magno como un gran mago, aunque también le atribuye el ser un gran inventor de artilugios bélicos (incluso hay una lámina del macedonio portando lo que algunos interpretan como un cohete con la misteriosa inscripción MEUFATON y otra junto a lo que parece un gigantesco carro de guerra). Otras curiosidades incluidas son las descripciones de un traje de buzo primigenio o un cinturón de castidad.
En suma, se revisa toda la ingeniería militar de la Baja edad Media poniendo un énfasis especial en la tecnología y la magia, todo ello en un formato muy grande y suntuoso (recordemos que era un libro para el emperador) y profuso acompañamiento gráfico realizado por artistas teutones del scriptorium de Praga enviados ex profeso.
Por tener, hasta incluía un retrato del propio Kyeser, a la manera de las publicaciones actuales que ponen la foto del autor, acompañado de su propio epitafio (Que mi alma se una al Altísimo), lo que indicaría que estaba enfermo y, de hecho, parece ser que murió poco después; por cierto, los historiadores del arte opinan que esa imagen puede considerarse uno de los primeros retratos realistas desde la Antiguedad.
Bellifortis es un manuscrito encuadernado en pergamino. Nunca se llegó a imprimir por su carácter de libro de lujo, por lo que hubo que esperar nada menos que hasta 1967 para verlo en las librerías. Sí se hicieron una docena de copias a mano pero el original se conserva en la biblioteca de la Universidad de Götingen (actual Alemania); hay algunas ediciones facsímiles.
Fuentes
Bellifortis (Konrad Kyeser)[Libro completo en PDF, 85Mb] / Unlocked books. Manuscripts of learned magic in the medieval libraries of Central Europe (Beneder Láng) / The journal of medieval military history (VVAA) / Philosophers of war. The evolution of History’s greatest military thinkers (Daniel Coetzee y Lee W. Eysturlid) / Wikipedia.
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