El cráter de Al Wahbah es una anomalía natural situada a unos 250 kilómetros de la localidad de Taif, cerca de La Meca al suroeste de Arabia Saudita.
Se encuentra en la meseta de Harrat Kishb, rodeado de árido desierto, con la pecualiaridad de que en su interior florece una inusual vegetación de palmeras y otros arbustos, y donde se pueden encontrar incluso algunos manantiales.
El agua es precisamente una de las causas de la existencia del crater, que tiene unos 250 metros de profundidad y 2 kilómetros de diámetro, estando considerado el mayor de su tipo en Oriente Medio. Porque a pesar de que por su aspecto pudiera parecer ser resultado del impacto de un meteorito, en realidad se trata de un cráter volcánico.
Es lo que se conoce como un maar, un cráter producido por la explosión causada por una masa de agua subterránea que entra en contacto con el magma de un volcán. En el caso de Al Wahbah la explosión y posterior erupción debieron arrojar una ingente y colosal cantidad de material para producir un cráter de ese tamaño. De hecho lo que lo rodea no es arena sino cenizas volcánicas.
Maares parecidos se pueden encontrar en otros lugares del planeta, como por ejemplo las lagunas volcánicas del Campo de Calatrava en España, el Lago Zuñi en México, el Lago Nyos en Camerún, o el Kilbourne Hole en Texas. Pero son especialmente frecuentes en la región alemana de Eifel.
A todo esto se suma otra particularidad, y es que en el interior del cráter Al Wahbah está cubierto de cristales de fosfato sódico que se mezclan en invierno con la escasa agua que se acumula procedente de la lluvia. Las sales le dan el aspecto de un enorme lago de colores blancos y terrosos, que junto a la vegetación circundante hacen de él un extraño y atractivo oasis en mitad del desierto.
Por cierto que los fosfatos de sodio se utilizan hoy en día tanto en la industria alimentaria, como estabilizantes, como en la textil, aunque el gobierno saudí nunca los ha explotado.
Tampoco se ha fomentado demasiado el turismo, principalmente por la dificultad del descenso y ascenso desde el cráter, hasta hace pocos años en que se construyó una carretera y se permitió la acampada en la zona. Eso sí, las autoridades advierten que también abundan las serpientes.
Fuentes
ArRiyadh / Al Wahbah volcanic explosion crater, Saudi Arabia (David J. Grainger) / Wikipedia
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