Es casi seguro que la mayoría de quienes lean este artículo no habrán oído hablar jamás de la Isla de Patos. No resulta extraño porque se trata de un minúsculo pedazo de tierra.

Apenas sesenta hectáreas repartidas en poco más de un kilómetro de longitud por seis de ancho y cuya cota máxima no rebasa el centenar de metros. Con semejantes proporciones se puede deducir que está deshabitado, pese a que se ubica a sólo cuatro kilómetros de tierra firme, en el Golfo de Paria, en la costa venezolana.

Es una isla reseca en la que sólo crece vegetación tipo matorral y una escasa fauna a base de reptiles y algunas cabras. Pues bien, pese a tan poco sugestiva descripción, ese lugar se convirtió en motivo de controversia entre Venezuela y Reino Unido durante casi un siglo, pues ambos países reclamaban su propiedad.

Tratado de Amiens/Foto: Dorieo en Wikimedia Commons

Todo empezó en 1859, cuando el gobierno de Londres planteó sus presuntos derechos sobre Patos, rechazados por el venezolano con el argumento de que no había quedado explícitamente incluida en el acuerdo de paz firmado con España en 1797 ni en el posterior Tratado de Amiens de 1802.

El primero era la plasmación jurídica de la conquista de la vecina isla de Trinidad por Sir Ralph Abercromby y el almirante Henry Harvey el 18 de febrero (poco después también les arrebatarían Tobago a los holandeses) y el segundo, más amplio, tenía una cláusula por la que España reconocía la posesión de Trinidad a cambio de la devolución de Menorca. Pero Patos, seguramente por su pequeñez, quedó en el olvido.

De hecho, no sólo ella; también pasó con otro minúsculo territorio insular conocido como Soldier Rock o Roca del Soldado, nombre que le pusieron los españoles cuando un barco que transportaba tropas naufragó en las inmediaciones y los supervivientes pudieron ponerse a salvo en su suelo hasta ser rescatados, allá por el siglo XVII.

Tampoco era un paisaje paradisíaco: una hectárea de superficie sin árboles y vegetación muy rala, cuyo único valor sería como santuario de aves marinas, cosa que entonces no importaba a nadie. El caso es que Roca del Soldado está en el mismo Golfo de Paria a medio camino entre Trinidad y el litoral continental, por lo que fue incorporada a la reclamación por los británicos al considerar que ambos sitios formaban parte de su colonia.

Con el inicio de los movimientos emancipadores que terminaron con la independencia de Venezuela, la disputa pasó a segundo plano. Pero una vez que quedó asentado el nuevo país, Londres retomó la cuestión. El tira y afloja llegó a un punto crítico en 1902, cuando se colocó una Union Jack en Patos originando una enérgica protesta del ejecutivo sudamericano, que dos años después integraba la isla en el Territorio Federal Colón (una de las divisiones administrativas del país, creada en 1871 y que hoy corresponde a la parte más oriental de las Dependencias Federales).

Ubicación de las dos islas entre el continente y Trinidad/Imagen: Karte NordNordWest en Wikimedia Commons

Quizá en otros tiempos aquello hubiera terminado en conflicto armado, pero en el siglo XX todo quedó en una crisis diplomática. El estallido de las guerras mundiales volvió a desviar la atención. En 1939, con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Reino Unido entabló negociaciones con Venezuela para instalar equipamiento militar en Roca del Soldado y Patos con la idea de usar aquellos lugares para hacer prácticas de tiro y bombardeo.

Ambas partes llegaron a un acuerdo el 26 de febrero de 1942: en él se establecían los límites territoriales entre el litoral venezolano y el de Trinidad y Tobago, lo que incluía la devolución de Patos a Venezuela a cambio de dejar en manos británicas Roca del Soldado.

Así se puso fin a una disputa bastante absurda por dos islas enanas y sin mayor interés a priori, aunque ahora son reservas naturales y, al parecer, resulta que podría haber petróleo en las aguas de su entorno, donde ya se explota el yacimiento de Southwest Soldado Field.


Fuentes

El problema de la soberanía: su historia ante el siglo XXI (Claudio Alberto Briceño Monzón) / Venezuela en la Segunda Guerra Mundial. Golfo de Paria: defensa conjunta y punto de desencuentro (Carlos E. Hernández González) / Wikipedia


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