Detectan sangre humana y el virus Crimea-Congo en cerámica de la Edad del Hierro en Alemania

Reconstrucción del castro de Heuneburg / foto Kenny Arne Lang Antonsen en Wikimedia Commons

Científicos que investigan piezas de cerámica de la Edad del Hierro halladas en Alemania encontraron en su interior restos de sangre y del virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo.

Es la primera vez que un virus de este tipo se detecta en el registro arqueológico, según reporta Science. Las piezas de cerámica, cuya datación se estima entre el 600 y el 450 a.C., habrían servido de recipiente a órganos humanos, probablemente de un individuo de un alto estatus social dentro del grupo.

Tras su muerte sus organos y sangre fueron almacenados en vasos de cerámica y enterrados en un túmulo funerario, una práctica desconocida hasta ahora por los arqueólogos. Las piezas fueron encontradas en el yacimiento de Heuneburg, una ciudadela o castro de la Edad del Hierro al sur de Alemania que está considerada como uno de los más importantes centros de la cultura céltica temprana en Europa Central.

Empleando una nueva técnica de análisis de proteinas los investigadores han conseguido reconstruir el contenido de esos vasos, concluyendo que el individuo debió morir a causa de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo. Una enfermedad infecciosa provocada por un virus que transmite la picadura de garrapatas del género hyalomma, y que se encuentran habitualmente en animales domésticos y salvajes como el ganado.

Piezas de cerámica halladas en el túmulo de Heuneburg (Museo de Stuttgart) / foto Dominio Público en Wikimedia Commons

Esta enfermedad es endémica hoy día en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, aunque se han registrados casos aislados recientemente en España y otros lugares. La primera descripción de la enfermedad data de 1944, cuando afectó a las tropas soviéticas estacionadas en la península de Crimea. El virus no fue aislado hasta el año 1967.

La identificación se basa en el hallazgo en los restos de sangre de dos fragmentos únicos de proteínas, llamado péptidos, que ayudan al virus de la fiebre hemorrágica a unirse a las células antes de la infección. Las proteínas son más estables que los ácidos nucleicos y pueden preservarse durante millones de años, lo que las hace una herramienta más adecuada para el estudio de los virus antiguos.

El descubrimiento suscita el interrogante de si representa la evidencia de una antigua epidemia, si la enfermedad era endémica de la región en aquella época, o si se trataba de un individuo que procedía de un área infectada.

Al mismo tiempo llama la atención a los arqueólogos sobre la importancia que puede tener el estudio de los restos de cerámica hallados en yacimientos, donde las piezas aparezcan fuera de lugar o en contextos poco comunes.

El estudio Hemorrhagic fever virus, human blood, and tissues in Iron Age mortuary vessels se publicará en el número de febrero de 2017 de Journal of Archaeological Science.


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