El imperio romano del siglo III d.C. tras la muerte de Alejandro Severo, vio como durante décadas se sucedieron en el trono emperadores, coemperadores y usurpadores.

Su número es tan extenso y, en algunos casos, su reinado efectivo duró tan poco que apenas nos es conocido su nombre, casi siempre gracias a monedas.

Uno de esos casos es el del emperador Silbanaco, conocido solo por dos monedas, sin que se sepa absolutamente nada más sobre él ni sobre su vida. Ni siquiera cuanto tiempo llegó a reinar tras autoproclamarse emperador.

La primera pista sobre Silbanaco se produjo en 1937, cuando los conservadores del Museo Británico se encontraron con una extraña moneda que mostraba un emperador romano desconocido hasta entonces. La moneda había sido adquirida ese mismo año a un marchante suizo, y según este procedía de un yacimiento de la región de la Lorena francesa.

La pieza de plata llevaba la inscripción IMP MAR SILVANNACVS AVG, Emperador Mar(cius?) Silbannacus Augustus. Tanto el material con que estaba hecha como su estilo indicaban que la moneda era auténticamente romana, pero no tenían ni idea de quien era el personaje representado en ella.

Ninguna fuente, inscripción ni documento histórico lo menciona como emperador o usurpador. Incluso el nombre es extraño pues presenta el sufijo -acus que indica un origen celta. El nombre MAR tampoco está muy claro si se refiere a Marius, Marcius u otra familia romana.

Moneda de Silbanaco / foto Museo Británico
Moneda de Silbanaco / foto Museo Británico

El reverso es igual de misterioso, pues presenta al dios Mercurio, muy infrecuente en monedas antes de finales del siglo III d.C. Por tanto la única pista procedía del lugar del hallazgo. Basandose en ello se formuló la hipótesis de que Silbanaco era un comandante militar en la Germania Superior que, en algún momento entre los años 238 y 260 d.C. se hizo con el control de las legiones del Rin, se autoproclamó emperador y tuvo tiempo incluso de acuñar monedas con su efigie.

Más concretamente los expertos lo situaron en la época del reinado del emperado Filipo el Árabe, entre 244 y 249, años entre los que hubo varios usurpadores que llegaron a acuñar moneda. Silbanaco habría sido uno más entre ellos.

Durante décadas la moneda del Museo Británico fue única. Pero en 1976 otra similar pasaba a engrosar una colección privada parisina. La existencia de esta segunda no fue conocida públicamente hasta 1996, y muestra el nombre de Silbanaco pero con una diferencia en el reverso. Esta vez aparece el díos Marte, copiando la leyenda MARTI PROPVGT (a Marte el defensor) y el diseño de otro emperador del mismo periodo llamado Emiliano (Marcus Aemilivs Aemilianvs), quien reinó durante tres meses en el año 253, de agosto a octubre.

Esto llevó a proponer otra hipótesis: que el reinado de Silbanaco debía ser posterior a Filipo, probablemente de ese mismo año 253. Ese 253 es un año particularmente oscuro en la historia de Roma, por la escasez de fuentes al respecto, sucediendose hasta cinco emperadores (Trebonio Galo, Volusiano, Emiliano, Valeriano y Galieno), seis suponiendo que hay que intercalar ahí a Silbanaco.

Moneda de Emiliano con el dios Marte en el reverso / foto cngcoins.com en Wikimedia Commons

Trebonio Galo gobernaba desde 251, siendo Emiliano el comandante de las legiones del Danubio. Pero en el verano de 253 y tras su victoria sobre los godos, las tropas le proclaman emperador. Al enterarse de ello Trebonio Galo nombra un nuevo comandante, Valeriano, cuya misión es enfrentarse a Emiliano. Pero antes de que pueda hacerlo éste consigue llegar a Roma y obtener el poder de facto, quitándose también de enmedio a Volusiano, hijo y coemperador de Trebonio Galo.

Aquí las tornas se invierten, pues a las pocas semanas las tropas de Valeriano le proclaman emperador. Emiliano deja Roma para ir a su encuentro y detener la rebelión, pero es asesinado por sus propios soldados.

Los especialistas opinan que es en este momento cuando Silbanaco pudo hacerse con el control de Roma. De hecho las monedas con su efigie son muy similares a las acuñadas en la capital y su estilo indica que efectivamente su origen debió ser la propia Roma. Quizá era uno de los oficiales que Emiliano dejó al mando de la ciudad, y tras saber de su muerte intentó hacerse con el poder. Pero fracasó, ya que Valeriano finalmente se convirtió en el legítimo emperador.

En cualquier caso el título le habría durado muy poco, quizá apenas unos días o semanas, durante los cuales tuvo que darle tiempo a acuñar moneda con su propia efigie. Nada más se sabe de su vida ni de su muerte, olvidado por la historia y solo recordado por un par de monedas singulares.


Fuentes

Silbannacus: the Roman emperor that time forgot (Kevin Butcher) / British Museum / The Monetary System of the Romans (Ian J.Sellars) / Wikipedia


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