Si han visto la película El reino de los cielos de Ridley Scott seguramente recordarán la escena en que Saladino intenta asaltar el Crac de los Moabitas.
El castillo cruzado, también conocido como el Kerak, era junto con el Crac de los Caballeros, una de las mayores fortalezas cristianas en Tierra Santa. Situado en al-Karak en la actual Jordania, su construcción data de 1142 por el rey Fulco de Jerusalén y su mayordomo Payen, que en 1126 había sido nombrado señor de Transjordania.
Su situación, entre Damasco y el Mar Rojo le permitía controlar las caravanas de beduinos entre Egipto, Siria y La Meca, constituyéndose en uno de los principales baluartes de protección del reino de Jerusalén. Los sucesores de Payen lo reforzaron con torres y fosos en sus lados norte y sur. Precisamente es el lado norte, con sus grandes arcos en dos niveles, la estructura mejor conservada en la actualidad.
En 1176 la posesión del castillo pasa a Reinaldo de Chatillon por su matrimonio con la heredera de Transjordania Estefanía de Milly. Éste era famoso por su crueldad y, de hecho, se dedicaba a despeñar a sus enemigos desde lo alto de las murallas del Crac. Tampoco respetaba los acuerdos entre musulmanes y cristianos, y atacaba constantemente a las caravanas árabes que pasaban por las cercanías del castillo, lo que llevó a Saladino a exigir al rey Balduino IV que pusiera fin a tales actos, castigando a Reinaldo.
Balduino no solo fue incapaz de controlar a Reinaldo, sino que este se lanzó desde 1182 a una campaña de ataques contra las costas africanas del Mar Rojo, con una escuadra de naves que había mandado construir con madera de los bosques del Moab. De ahí pasó a las costas de Arabia, incendiando los puertos de Medina, y solo pudo ser detenido por la flota egipcia cuando estaba a punto de entrar a La Meca.
Al año siguiente y como represalia Saladino se dirigió al Crac con la intención de tomarlo y dar un escarmiento a Reinaldo. Al frente de más de 20.000 hombres se dirigió a la fortaleza trasladando nueve catapultas, que iniciaron los bombardeos contra los muros y el interior. Pero con lo que Saladino no contaba era que, mientras iniciaba el asedio a la fortaleza, en su interior se estaba celebrando una boda.
Mientras las catapultas musulmanas atacaban las imponentes defensas, en una de las torres se llevaba a cabo la ceremonia de matrimonio de Hunfredo IV de Torón, hijastro y heredero de Reinaldo, con Isabel de Jerusalén (que en aquel momento tenía 12 años y 9 años más tarde se convertiría en reina de Jerusalén). Hunfredo no llegaría a reinar a su lado porque en 1190 el matrimonio sería disuelto y fue obligada por su madre a casarse con Conrado de Montferrato, quien aspiraba al trono.
Pero volviendo al sitio del Crac, en un momento dado mensajeros procedentes del interior de la fortaleza consiguen hacer llegar a Saladino la noticia de que en una de las torres se estaba llevando a cabo el enlace. Se establecen negociaciones y, finalmente, haciendo honor a su fama de caballerosidad, Saldino decide ordenar a sus hombres que continúen bombardeando las murallas y el resto del castillo, pero que respeten la torre en cuestión donde se encuentra la cámara nupcial.
Entretanto los sitiados consiguen también avisar al rey Balduino de lo que estaba sucediendo, y éste se pone en marcha con su ejército comandado por Raimundo III de Trípoli, a pesar de que por su enfermedad (padecía de lepra desde la infancia) tiene que ser trasladado en camilla.
Saladino, cuyos hombres ya habían penetrado los primeros muros, ante la posibilidad de verse atrapado entre los defensores de la fortaleza y el ejército de Balduino decide finalmente levantar el sitio y retirarse. Volvería a intentarlo en 1184, con el mismo resultado, y sólo conseguirá tomar el Crac definitivamente en 1189.
En la película El reino de los cielos, la historia real, que ciertamente podía haber ofrecido un curioso e interesante argumento sin parangón, es dejada de lado. En su lugar el asedio de Saladino no se llega a concretar, primero por el ataque de Balián de Ibelin, y depués gracias a las negociaciones con Balduino, siendo Reinaldo posteriormente castigado por el rey, algo que nunca sucedió. Lo que sí es cierto, según las fuentes, es que Reinaldo había denegado el refugio en el castillo a los habitantes de los alrededores.
Reinaldo de Chatillon sería hecho prisionero, junto con el nuevo rey Guido de Lusignan, por las tropas de Saladino en la batalla de los Cuernos de Hattin en 1187. Aquí sí es donde se produce el hecho reflejado en la película, cuando Guido le ofrece a Reinaldo el agua que Saladino le había ofrecido a él mismo, y Saladino aprovecha para degollar a Reinaldo, con la escusa de no haber pedido permiso para beber.
Fuentes
The Crusader States and Their Neighbours, 1098-1291 (Peter Malcolm Holt) / The Medieval City Under Siege (Ivy A. Corfis, Michael Wolfe) / The Crusades Through Arab Eyes (Amin Maalouf) / Wikipedia / Las Cruzadas vistas por los árabes (Amin Maalouf) / Las Cruzadas: realidad y mito (Christopher Tyerman)
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