En el continente europeo existen muchos lagos subterráneos, como el famoso Lago Martel de Manacor en la isla de Mallorca.

El Martel tiene unos 115 metros de longitud, algo menos de la mitad que el mayor lago subterráneo de Europa, el San Leonardo, ubicado en la localidad del mismo nombre en el cantón suizo del Valais al sur del país.

Sus 260 metros de largo y 15 de media de ancho (29 metros de anchura máxima) discurren por una cavidad bajo los campos de viñedos del pueblo.

Foto Janos Korom en Wikimedia Commons

Aunque su existencia ya era conocida por los habitantes de la zona desde muy antiguo, sería explorado por vez primera por los espeleólogos Jean-Jacques Pittard y Jean Della Santa en 1943. Cuando entraron a la cavidad usando una lancha inflable, entre el nivel del agua y el techo de la cueva apenas quedaban 50 centímetros.

Pero tres años más tarde, el 25 de enero de 1946, un terremoto de 5,6 grados en la escala de Richter sacudió la zona provocando fisuras en las rocas del fondo, y el agua comenzó a filtrarse hasta que solo quedó la mitad de su contenido original.

Foto János Korom en Wikimedia Commons

El agua que se filtraba desde los viñedos a través de la capa freática acabó equilibrando el volumen total en 1.800.000 litros, con una profundidad media de 4 y máxima de 13 metros.

La cueva de 1.400 metros de largo, que se formó al disolverse una gran veta de yeso atrapada entre esquistos de arcilla y mármol, permitía ahora la visita y navegación en botes, de manera similar al lago mallorquín, y pronto fue puesta en explotación turística por el pueblo a partir de 1949.

Pero en el año 2000 una enorme roca de unas dos toneladas de peso se desprendió de la pared de la cueva, destrozando uno de los barcos turísticos. Los análisis geológicos aconsejaron cerrarla, estimando que ni las paredes ni el techo eran estables.

Foto Łukasz Drozdowski en Wikimedia Commons

Tres años más tarde comenzaron los trabajos de consolidación y reparación, para los que se drenó el lago y se construyó un ascensor especial que pudiese bajar la maquinaria hasta el fondo de la cueva.

Desde hace 13 años la cueva y el lago están de nuevo abiertos al público, con botes que navegan bajo tierra, y una capacidad máxima de 100 personas al mismo tiempo.

El recorrido dura unos 40 minutos y durante el mismo se pueden observar, saliendo del agua que se mantiene a una temperatura constante de 11 grados centígrados, las grandes barras metálicas que mantienen estable el fondo de la cueva.


Fuentes

Swissinfo.ch / Lac Souterrain St-Léonard / Wikipedia


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