La proyección de Mercator, que es la que se ha usado para representar mapas del mundo durante siglos, tiene un defecto principal: no permite hacerse una idea de lo grandes que son algunas partes del planeta, como por ejemplo África.
Para solucionarlo y obtener una representación más proporcionada y ajustada a la realidad, surgieron en el siglo XX otras proyecciones, de las cuales las más conocidas son la de Gall-Peters y la de Winkel-Tripel.
Pero también podemos hacernos a la idea del impresionante tamaño de África echando un vistazo a las estructuras construídas en el último siglo, como el embalse del lago Kariba.
Se trata del lago artifical más grande del mundo por volumen (180 kilómetros cúbicos), un embalse creado por la construcción de una presa entre 1955 y 1959, y que ocupa una superficie total de 5.400 kilómetros cuadrados (el mayor lago artificial del mundo en superficie es el Volta, con unos 8.500 kilómetros cuadrados). Esto a priori no dice mucho si no tenemos con que compararlo, y en realidad dentro del continente africano no pasa de ser un pequeño porcentaje de territorio. Pero si hablamos de que ocupa 100 kilómetros cuadrados más, aproximadamente, que toda la comunidad autónoma de Cantabria (5.321 kilómetros cuadrados), ya tenemos una imagen nítida de su enormidad. Es, además, cuatro veces más grande que el embalse de la Presa de las Tres Gargantas en China.
El lago Kariba está situado en la garganta del mismo nombre en el río Zambeze, y hace de frontera entre Zambia y Zimbabue. La presa que creó el embalse fue construída por una empresa italiana, que finalizó los trabajos el 2 de diciembre de 1958, aunque no fue inaugurado hasta un año y medio más tarde.
Sus dimensiones son impresionantes: 280 kilómetros de largo (algo más que la distancia entre Madrid y Burgos) y 40 kilómetros de anchura máxima. No solo eso, en su interior hay 293 islas, 190 de las cuales pertenecen a Zimbabue y las otras 103 a Zambia.
Entre todas reunen 147 kilómetros cuadrados de tierra firme (42 kilómetros cuadrados más que la ciudad de Barcelona) y 604 kilómetros de costa (casi 100 kilómetros de costa más que la Comunidad Valenciana).
Los más de 20 terremotos, de grado superior a 5 en la escala de Richter, sufridos por la zona desde que se creó el lago han llevado a algunos expertos a pensar que la presión de los 200.000 millones de toneladas de agua tiene algo que ver, aunque no hay evidencias que lo demuestren.
La presa hidroeléctrica que cierra el embalse es una de las mayores de África, y proporciona energía a los dos países que la comparten. Durante su construcción se cobró la vida de 86 personas. Los trabajos dieron lugar a la creación de varias localidades en su entorno para albergar a los trabajadores, como la actual ciudad de Kariba en Zimbabue.
Antes de que el embalse fuera llenado se quemó toda la vegetación que iba a quedar sumergida, creando las condiciones para el desarrollo de la fauna acuática. Se introdujeron especies de peces desde el lago Tanganica y se trajeron cocodrilos del Nilo e hipopótamos. Hoy constituye un importante recurso turístico, con hoteles, restaurantes, campings y toda clase de actividades de ocio.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.