El valle de Bada está situado en el distrito de Poso en la isla de Sulawesi, Indonesia, dentro del Parque Nacional Lore Lindu. Su principal atractivo son las más de 400 esculturas megalíticas diseminadas por todo el lugar, 30 de las cuales tienen representaciones antropomorfas, que algunos comparan con los moai de la Isla de Pacua.

Fueron descubiertas para la arqueología occidental en 1908, aunque localmente están documentadas por lo menos desde el siglo XIV. Son decenas de esculturas cuya utilidad o uso se desconoce, y cuya datación abarca un arco temporal que va desde 1.000 hasta 5.000 años de antigüedad. Serían por tanto al menos 500 años más antiguas que los primeros moai de la Isla de Pascua.

Algunos investigadores opinan que están relacionadas con la cultura megalítica de Laos, Camboya y zonas de Indonesia, donde han aparecido diferentes ejemplos de megalitos. No obstante los del valle de Bada son únicos en todo el sudeste asiático por su morfología.

Foto Thespacewanderer en Wikimedia Commons

Las leyendas locales los asocian al culto a los antepasados, pero también a ritos sacrificiales e incluso a mitos de petrificaciones de delincuentes y saqueadores en tiempos muy antiguos. Todavía hoy algunos lugareños creen que las piedras tienen poderes sobrenaturales y son capaces de moverse por si solas.

Hay esculturas tanto masculinas como femeninas, diferenciadas por la representación de los genitales y las características faciales, como por ejemplo el pelo largo en las mujeres. Otras esculturas son minimalistas, con rostros indicados por una simple línea para cejas, mejillas y barbilla. Y las menos representan animales.

Las que representan humanos tienen enormes cabezas con ojos redondeados y cuerpos rectos, y casi todas están caídas y semienterradas en las orillas de ríos o en medio del campo.

La mayoría de ellas están solas, con un pequeño número que se distribuye formando grupos, y algunas alcanzan hasta 4 metros y medio de altura.

Otro tipo de esculturas megalíticas presentes en el valle son las Kalamba, una especie de tarros tallados en piedra con un diámetro de 1,5 a 2 metros, cuya función tampoco está muy clara. Se cree que podrían ser tumbas o servir para recoger agua. Hay hasta 50 de estas piezas intactas repartidas por el valle, y quizá tienen relación con las también insólitas jarras de Laos.

Las más famosas y conocidas son las llamadas Palindo (el animador) y Langke Bulawa (brazalete dorado). La primera es la más grande de todas las encontradas, con más de 4 metros de altura y forma oval, con ojos saltones, una gran nariz y una boca que parece sonreir. La segunda alcanza 1,8 metros de altura y es una figura femenina.

Foto Tropenmuseum, part of the National Museum of World Cultures

Lo que más intriga a los arqueólogos es que en el valle no han aparecido hasta ahora restos de asentamientos, artefactos, enterramientos o herramientas, ni ninguna otra evidencia de la cultura que produjo los megalitos.


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