El uso de insectos como alimento es una costumbre habitual en muchos lugares del mundo, principalmente el sureste asiático, pero que a pesar de los intentos en el mundo occidental no acaba de calar. Un equipo de investigadores de la India, Estados Unidos, Canadá, Francia y Japón, creen haber encontrado el superalimento del futuro en la leche de un determinado tipo de cucaracha.
De todas las especies de cucarachas conocidas solo una, la Diploptera punctata, es vivípara, esto es, que da a luz a sus crías vivas. Por ello produce un tipo de leche para alimentarlas que contiene cristales de proteinas. Los científicos han descubierto que esta leche es cuatro veces más nutritiva para los humanos que la leche de vaca, y por tanto podría ser una de las soluciones alimenticias ante el exponencial crecimiento de la población mundial.
Si ya parece extraño que una cucaracha pueda producir leche, más sorprendente es todavía que los cristales que contiene sean un alimento tan completo, con proteínas, grasas y azúcares, conteniendo todos los aminoácidos esenciales, según Sanchari Banerjee, uno de los autores del estudio.

Una vez ingerida la leche de la cucaracha, los cristales van liberando las proteínas gradualmente según van siendo digeridas, resultando en un complemento alimenticio muy alto en calorías. Además de su utilidad como alimento, parece que los investigadores también han descubierto en la estructura de los cristales características que podrían ser usadas para diseñar nanopartículas para la administración de fármacos.
Evidentemente ordeñar cucarachas no sería el método más eficaz para obtener ese superalimento, por lo que los investigadores han secuenciado los genes responsables de la producción de los cristales, e intentarán con ello, utilizando un sistema de levaduras, producirlos en masa en el laboratorio.

No parece que la venta de leche de cucaracha vaya a ser un negocio a corto plazo, pero posiblemente pueda ser empleada en la elaboración de fármacos y suplementos alimenticios por la industria, y tarde o temprano es posible que nos la tomemos sin saber siquiera de donde procede. Todo sea por resolver el inminente problema alimenticio que se nos avecina.
En el estudio, que se publicó en International Union of Crystallography Journals, participan equipos de la Universidad de Toronto, la Universidad de Iowa y el Synchroton SOLEIL francés, entre otros.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.