Los arqueólogos Lyuben Leshtakov y Nikolay Ovcharov, del Museo de Arqueología de Sofia, descubrieron a mediados de 2016 en las montañas Ródope, al sur de Bulgaria, una tumba que contiene los restos de una mujer tracia desmembrada según los rituales órficos.
Los restos de la mujer, de origen noble, ya que junto a ella se halló un rico ajuar funerario de unas 60 piezas de plata y otras joyas de bronce como anillos, una diadema, pendientes, perlas y collares, datan del siglo IV a.C., más o menos la época en que reinó Alejandro Magno.
La tumba, que se halló cerca de la localidad de Benkovski, está excavada dentro de una roca que pudo tener la función de mausoleo, y no se descarta que aparezcan más tumbas en ella.
El rico ajuar que acompaña a los restos, uno de los más ricos encontrado en tumbas de la misma época, hace pensar que se trata del enterramiento de una princesa tracia.
El enterramiento se encuentra a escasos 4 metros de un altar descubierto hace pocos meses, y que los arqueólogos creen formar parte de un complejo de culto que podría incluir también un templo.
Lo más significativo del hallazgo es que el cuerpo de la mujer fue desmembrado en cinco partes antes de su entierro, lo que coincide con lo que se conoce de los rituales órficos, a semejanza de cómo Orfeo fue descuartizado por la bacantes.
Este ritual solo se realizaba con personas que fuesen de clase alta en la sociedad tracia de la época, como nobles y sacerdotes. Lo que todavía no se sabe es como se llevaba a cabo el desmembramiento.
En el caso del enterramiento hallado ahora, se sabe que fue aplicado el ritual porque el desmembramiento se realizó antes de que los tejidos blandos empezasen a corromperse. Una vez realizado, las cinco partes se colocaron en diferentes secciones de la tumba pétrea, y el cráneo fue apuntalado con dos piedras, posiblemente para mantenerlo en una posición determinada.
En cuanto a las joyas, destacan los 11 anillos encontrados, 6 de plata y 5 de bronce, todos ellos con imágenes grabadas de deidades como Nike, la diosa de la victoria.
Dentro de la tumba los arqueólogos hallaron también una moneda de plata, un tetradracma de la antigua polis griega de Maronea, situada en la costa egea a unos 100 kilómetros. Esta sería el óbolo, la moneda que se colocaba bajo la lengua de los muertos, para pagar al barquero del Hades, Caronte, el tránsito al otro mundo.