Un nuevo estudio sugiere que el antiguo campo magnético de la Tierra era significativamente diferente al actual, con varios polos en lugar de los dos actuales.
La Tierra genera un fuerte campo magnético que se extiende desde él núcleo hacia el espacio, haciendo de escudo protector de la atmósfera desviando las particulas nocivas que proceden del Sol y el cosmos. Sin este escudo nuestro planeta sería bombardeado por la radiación cósmica y la vida no podría existir.
El movimiento del hierro líquido en el núcleo externo del planeta produce un fenómeno llamado geodinamo, que es el que crea el campo magnético. Este movimiento es producido por la pérdida de calor del núcleo y la solidificación del núicleo interno.
Sin embargo el núcleo interno no siempre fue sólido. Los investigadores, liderados por Peter Driscoll quisieron entender que efecto tuvo la solidificación sobre el campo magnético, averiguar cuando sucedió y resolver así uno de los problemas más difíciles en la historia geológica de nuestro planeta.
El problema es que los científicos pueden reconstruir el registro magnético del planeta a través del análisis de las rocas más antiguas, que todavía conservan la polaridad de la época en que se formaron. Ese registro sugiere que el campo magnético ha tenido dos polos durante la mayor parte de la existencia de la Tierra. Tampoco aparecen evidencias de grandes cambios en la intensidad del campo a lo largo de los últimos 4.000 millones de años. Con excepción del Neoproterozoico, hace 500-1.000 millones de años, cuando aparecen intervalos de disminución de la intensidad y direcciones anómalas. Podría esta excepción explicarse por un suceso de gran magnitud como la solidificación del núcleo?
Para averiguarlo crearon un modelo de la historia termal del planeta desde hace 4.500 millones de años. Según este modelo el núcleo interior de la Tierra se habría empezado a solidificar hace unos 650 millones de años. Usando simulaciones 3D hallaron también que hace unos 1.000 millones de años la Tierra sufrió la transición de un campo magnético como el actual, con dos polos norte y sur, a otro más inestable que fluctuaba ampliamente en términos de intensidad y dirección, y que se originaba desde varios polos.
Luego, poco después de la solidificación del núcleo, el campo magnético volvió al modelo de dos polos actual.
Según Driscoll, esto puede ser la explicación de las extrañas fluctuaciones en la dirección del campo magnético observadas en el registro geológico hace unos 600-700 millones de años.
El hallazgo tendría importantes implicaciones en las mediciones que los científicos utilizan para reconstruir la historia de la deriva continental y el clima de épocas remotas. Con todo, la hipótesis todavía tiene que ser confirmada.
El estudio se publicó en Geophysical Research Letters.
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