La primera referencia a esta curiosa historia la encontramos en Petronio (hacia 60 d.C.) quien en su obra El Satiricón cuenta como un fabricante de vidrios solicitó una audiencia con el emperador. Una vez recibido por aquél, le presentó un fiale, un pequeño recipiente poco profundo usado para beber.
Una vez que el emperador lo examinó, el fabricante le pidió que se lo devolviese y, una vez lo tuvo en las manos, lo tiró al suelo. El recipiente de cristal no se rompió, tan solo se abolló por un lado. Entonces el fabricante sacó un martillo y reparó la abolladura con él.
El emperador le preguntó si alguien más sabía como fabricar ese tipo de vidrio flexible, a lo que el vidriero respondió que solo él conocía el secreto. Entonces el emperador mandó decapitarlo. Hasta aquí la historia contada por Petronio.
Plinio también se hizo eco del asunto en su Historia Natural (36, 66) publicada en 78 d.C. Eso sí, dejando claro que no creía que tal vidrio flexible hubiera existido nunca. Cuenta que el vidriero fue ejecutado y su taller destruido completamente por Tiberio (totam officinam artificis eius abolitam) para evitar que tal nuevo material hiciera bajar el precio del cobre, la plata y el oro. Pero como decimos, especificando que así es como es contada la historia entre el vulgo, y dudando de su fidelidad. Lo que diferencia a la versión de Plinio de la de Petronio es que identifica al emperador en cuestión con Tiberio, mientras que Petronio no menciona nunca su nombre.
Dion Casio, que vivió entre el 155 y el 235 d.C. relata una versión diferente en su Historia de Roma (57, 21), en la que un arquitecto reconstruye un pórtico en la ciudad de manera tan magistral que llegó a despertar los celos de Tiberio. Para solicitar la clemencia del emperador habría solicitado una audiencia donde le habría presentado el novedoso material, enlazando aquí con la historia de Petronio.
Isidoro de Sevilla (556-636 d.C.), también recoge la historia en sus Etimologías (16,6), de donde la debió tomar el Pseudo-Heraclio para incluirla en su manual de recetas técnicas para fabricar cristal De Coloribus et Artibus Romanorum en el siglo X.
Evidentemente ningún ejemplo de cristal flexible ha sido jamás hallado en un yacimiento arqueológico, ni parece que ninguna otra fuente mencione algo parecido. Pero algunos investigadores han apuntado la posibilidad de que en realidad la historia puede referirse a la hipotética fabricación de aluminio en la antigüedad, un material que podría haber sido confundido con cristal en la época, y que además no se rompería, pero si se abollaría, como se relata en la leyenda. No obstante, tampoco existe ninguna prueba material de esto, ni ninguna evidencia científica o arqueológica.
Lo único cierto es que la técnica del soplado de vidrio comenzó a desarrollarse hacia el siglo I a.C., con los datos más antiguos conocidos situándola en Siria, desde donde se difundiría a todo el Mediterráneo a través del Imperio Romano. Roma desarrolló una técnica de fabricación de vidrio muy avanzada, uno de cuyos principales ejemplos es la Copa de Licurgo, un caliz de jade conservado en el British Museum que ha sorprendido a los investigadores por su empleo de nanopartículas, que le otorgan la capacidad de cambiar de color según el origen de la luz.
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