Las evidencias más antiguas de uso del fuego durante la Edad de Piedra en Europa están en la Cueva Negra del Estrecho del Río Quipar, en Murcia. Se trata de un yacimiento en el que se han hallado restos de Homo Heidelbergensis, el precursor directo del Hombre de Neandertal.
La excavación del yacimiento comenzó en 1990 y las primeras indicaciones de la existencia de un antiguo hogar en el que se habría hecho una hoguera aparecieron en 2011. El fuego dataría de la etapa final del Pleistoceno Temprano, hace unos 800.000 años. La datación ha sido posible gracias a los fósiles de mamíferos hallados en la misma capa, y al examen mediante diversas técnicas, como termoluminiscencia y análisis tafonómico, de las piezas de silex y los huesos animales. El resultado es que habrían sido calentados a más de 400 grados centígrados.
Los investigadores creen que estas pruebas son irrefutables como evidencias de combustión en el lugar, aunque todavía no pueden determinar si de ahí se extendió el uso del fuego a otras áreas. En cualquier caso el manejo del fuego tuvo que implicar una gran habilidad técnica, que parece estar fuera de lugar en la época. Las similitudes con otros lugares donde se han hallado evidencias de combustión resultan claras, como la Cueva Wonderwerk en Sudáfrica de hace un millón de años, o el yacimiento israelí de Gesher Benoth Ya’akov, datado hace 780.000 años.
En algunos lugares del Pleistoceno Temprano los restos de combustión podrían deberse a incendios forestales causados por rayos o incluso por ceniza volcánica. Pero en Cueva Negra parece poco probable que las chispas de un fuego forestal incendiasen el interior produciendo una temperatura superior a 400 grados centígrados. La teoría que manejan los arqueólogos es que algunos trozos de madera humeante todavía fueron llevabas deliberadamente al interior de la cueva, donde la lluvía no pudiera apagarlas, de modo que el fuego tuvo que ser atendido.
Un fuego dentro de una cueva puede tener varios objetivos, como disuadir a los animales de entrar en ella, proporcionar calor, o incluso cocinar alimentos. En este último caso es imposible asegurar que quienes mantuvieron el fuego cocinaron alimentos con él, porque no se han encontrados hogares en yacimientos paleolíticos que daten de más de medio millón de años.
El estudio acaba de ser publicado por la revista Antiquity.
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.