La Primera Guerra Mundial supuso para Alemania un esfuerzo económico sin precedentes que provocó una gran inflación económica, hasta el punto de que apenas comenzado el conflicto el valor del metal con que se acuñaban las monedas ascendió por encima del valor representado. Una de las causas fue la escasez de metal, que era necesario para la producción bélica.

Esto provocó que muchas instituciones y bancos comenzasen a acumular monedas y a emitir en su lugar notas bancarias o pagarés en papel, que no eran dinero de curso legal pero funcionaban para intercambios a nivel local. Los alemanes denominan a este tipo de papel moneda Notgeld (dinero de emergencia).

El problema fue que la gran demanda de notgeld hizo que pronto se empezase a emitir sin control, sin estar respaldado por ningún valor real. Así para 1922 la inflación ya estaba fuera de control, el valor del marco alemán se deterioraba cada vez más rápido y el banco central no era capaz de proveer el suministro necesario de nuevo dinero.

Ejemplos de notgeld emitidos en Alemania / foto The World of Playing Cards

La solución fue seguir emitiendo notgeld, pero esta vez con valores nominales de miles, millones o billones de marcos por nota. Incluso se emitieron pagarés basados, no en dinero, sino en azúcar, carbón, madera, gas, electricidad, trigo, e incluso dólares americanos.

Pronto también el papel empezó a escasear, y se comenzaron a utilizar otros materiales para emitir los notgeld, como pedazos de cuero o seda, sellos postales y fragmentos de naipes cortados en trozos. Estos se imprimían por la parte posterior con el valor que representaban, dejando el anverso tal cual o estampándolo con el sello de la entidad emisora. Son precisamente los más raros hoy en día, y los más codiciados por los coleccionistas.

Notgeld hechos con naipes / foto The World of Playing Cards

En noviembre de 1923 el gobierno de la República de Weimar decidió poner fin a la hiperinflación galopante. Para ello sustituyó el marco, que no estaba respaldado por reservas de oro, por una nueva moneda, el Rentenmark (marco seguro). Este nuevo marco estaba respaldado en hipotecas impuestas por el gobierno sobre la tierra y las mercancías industriales.

Con ello se logró frenar la emisión de billetes sin respaldo, y al año siguiente se convirtió en el Reichsmark, la nueva moneda oficial. Aunque los Rentenmark siguieron emitiéndose igualmente hasta 1948.

De las emisiones de notgeld con naipes apenas se pueden rastrear online algunos pocos ejemplos, la mayoría están en colecciones privadas y más raramente en museos. En las numerosas páginas web dedicadas al coleccionismo de notgeld también son escasos y muy codiciados.

Pero Alemania no fue el único país en emitir este tipo de dinero de emergencia. Ya en la Irlanda del siglo XVII se acuñaron monedas a base de metal fundido de cañones, con la intención de que, en caso de victoria los soldados de Jaime II pudieran cambiarlas por monedas de plata de curso legal. Como Jaime II perdió la guerra, el cambió nunca se hizo, y las monedas siguieron circulando, aunque a un valor más reducido del original.

Algo parecido ocurrió en Suecia a principios del siglo XVIII. Y también en Bélgica y Francia durante los años de la Primera Guerra Mundial, cuando la escasez de moneda oficial obligó a bancos y administraciones locales a emitir su propio monnaie de nécessité (dinero de necesidad).


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