En los primeros tiempos de existencia de Roma todo su ejército consistía en una única legión formada por hasta 3.000 infantes y 300 caballeros. Según fue creciendo la población y las necesidades militares en las guerras con sus vecinos el número de legiones aumentó, primeramente a dos y luego a cuatro.
Es posiblemente al comienzo de la República Romana en torno al 509 a.C. cuando la legión original se divide por vez primera en 2 legiones separadas. Luego, durante toda la etapa republicana el número de legiones permanentes aumentó a 4, numeradas del I al IIII (no IV). Y al mismo tiempo se realizaban levas puntuales según las necesidades de la guerra, aumentando temporalmente el número de legiones hasta 6.
Al mismo tiempo la lealtad de estas legiones fue cambiando, pasando de la lealtad al Senado y el Pueblo de Roma (SPQR) a servir al general que las reclutaba, algo que luego se trasladaría a la etapa imperial.
Cómo se numeraban las legiones romanas
Así la numeración de las legiones, que en principio cuando era el estado quien las reclutaba, seguían un orgen lógico, comenzó a torcerse con el primer emperador, Augusto. Éste instauró la costumbre, seguida por cada emperador posterior aunque no de manera sistemática, de numerar las legiones que reclutaba empezando por el número I. Pero al mismo tiempo heredaba las del anterior, de modo que a lo largo de todo el imperio se dió el caso de que existían dos, tres, cuatro o más legiones con el mismo número.
Hechos que se salieron de esta costumbre son el caso de Vespasiano, que mantuvo la numeración de las legiones heredadas y asignó números a partir de ellas a las reclutadas por él mismo. Y también el de Trajano, quien asignó el número XXX a la primera que reclutó, ya que en ese momento existían 29 legiones en servicio.
Por ejemplo, durante el año 68 d.C. había hasta cuatro legiones que compartían el número I: la Legio I Augusta (en servicio del 48 a.C. hasta el 70 d.C.), La Legio I Adiutrix (del 68 al 444 d.C.), la Legio I Itálica (del 66 hasta el siglo V d.C.) y la Legio I Macriana liberatrix (del 68 al 69 d.C.). Algo similar ocurría con las número II, III, IV, V y VI. A partir de ese número ya era menos común verlo repetido. Pero aun así todavía nos encontramos con la Legio XXII Deiotariana (del 48 a.C. hasta el 133 d.C.) y la Legio XXII Primigenia (del 39 d.C. hasta el siglo III).
Números de legiones prohibidos
Desde el año 9 d.C. existieron números prohibidos, que no se usarían nunca jamás a partir de esa fecha para designar una legión. Ello fue consecuencia de la derrota y aniquilación de tres legiones en la batalla del bosque de Teutoburgo por una alianza de pueblos germanos. Ninguna legión posterior llevó sus números, XVII, XVIII y XIX.
Cómo se nombraban las legiones romanas
Esta profusión de numeraciones repetidas requería de otro sistema para poder distinguir a unas legiones de otras. La solución era asignarle un nombre o título a cada una.
Estos títulos se componían de diferentes términos, en función de la región donde originalmente habían sido reclutadas, de los pueblos a los que hubieran vencido, del emperador que las hubiera fundado, de la manera en que se hubieran formado, y también de la lealtad o cualquier otra cualidad destacable.
Así por ejemplo la Legio III Itálica fundada por Marco Aurelio en 165 d.C. indicaba que había sido reclutada en la península Itálica. La Legio II Parthica reclutada por Septimio Severo en 197 d.C. hacía referencia a su victoria sobre los Partos. La Legio VII Gemina, fundada por Galba en Hispania, estaba dedicada a los gemelos Romulo y Remo.
La Legio I Flavia Mivervia Pia Fidelis, una de las seis que llevaron ese número en los últimos tiempos de la República, obtuvo el título Pia Fidelis por su lealtad al emperador Domiciano, que la fundó en el año 82 d.C. Y el sobrenombre de Minervia indicaba que estaba consagrada a la diosa Minerva.
Cuando Vespasiano llegó al poder tras el caos de los cuatro emperadores del año 69 d.C. disolvió muchas legiones que habían sido leales a sus oponentes. De los restos de estas fundó la Legio III Flavia Felix, donde Flavia hace referencia al propio nombre del emperador, y Felix a la buena suerte de todos los legionarios que superaron la purga.
Uno de los títulos más curiosos es el de la Legio XXI Rapax, creada por Augusto en 31 a.C. como refuerzo en Germania tras el desastre del bosque de Teutoburgo. Su sobrenombre de depredadora se lo ganó por su ferocidad en el combate, aunque luego no tendría suerte, apoyando al emperador equivocado en 69 d.C. y la fallida usurpación de Saturnino contra Domiciano en 89 d.C. Fue aniquilada en el año 92 en Panonia por los sármatas.
La legión más longeva: Legio V Macedónica
Algunas legiones llegaron a sobrevivir a la caída del Imperio Romano de Occidente. Es el caso de la Legio V Macedónica, fundada por Augusto en el año 43 a.C., llamada así porque estuvo acuartelada en esa parte del norte de Grecia durante mucho tiempo. Trajano la desplazó a Dacia en 101 d.C., y Lucio Vero se la llevó a Oriente para luchas contra los Partos en 161. En el 185 se le otorgó el título de Pia Fidelis (leal y fiable).
Unidades de esta legión fueron enviadas a combartir posteriormente en Mesopotamia, quedando finalmente acuarteladas en Menfis, Egipto, hacia el 296 d.C. Allí estaba probablemente cuando el Imperio de Occidente colapsó, y pasó a integrarse en el ejército bizantino.
Se han encontrado menciones a esta legión en inscripciones en Antaeapolis y Heliopolis, que dan la fecha de 636 d.C., lo que indicaría que todavía estaba allí el año antes de que los árabes iniciasen la conquista de Egipto en 637 d.C. Esto convierte a la Legio V Macedónica en la más longeva de todas las legiones romanas, con 680 años de servicio entre el 43 a.C. y el 637 d.C.
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