El boom de la construcción de centros comerciales en China tiene un protagonista muy particular. La mayoría de ellos están hechos con piedra berroqueña, el nombre que tradicionalmente se da en España al granito que se extrae de las canteras de la Sierra de Guadarrama, pero también de Galicia, Extremadura y Ávila.
La Puerta de Alcalá, el Museo del Prado y el Monasterio del Escorial son algunos de los monumentos que se construyeron con piedra berroqueña, pero en la actualidad su uso se ha extendido internacionalmente, y es muy apreciada en la construcción de aeropuertos, como el de Atenas, y de centros comerciales. De hecho, como decíamos antes, muchos de los más modernos centros comerciales construidos en China en los últimos años usan este tipo de piedra importada de España.
Ahora un grupo de geólogos españoles ha pedido a la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) que la incluya en la lista de piedras naturales con denominación de origen, dada su importancia cultural y económica.
La IUGS mantiene una lista en la que distingue como Global Heritage Stone Province (Provincia de patrimonio pétreo global) a aquellas regiones del mundo donde se extrae piedra con gran impacto cultural, algo similar a las denominaciones de origen de alimentos y bebidas.
La candidatura pretende obtener el reconocimiento internacional para las canteras de granito de la Sierra de Guadarrama, e incentivar aun más su producción y exportación, según David M. Freire-Lista, investigador del Instituto de Geociencias del CSIC y la Universidad Complutense, quien ha publicado los detalles en Geoscience Canada.
Las canteras de Alpedrete, Zarzalejo y Colmenar Viejo son las que tradicionalmente han producido este tipo de piedra, con la adición en años recientes de las de Cadalso de los Vidrios y La Cabrera.
Las extensas reservas de piedra berroqueña garantizan un suministro continuo durante muchos años, y si se consigue la acreditación de origen, se garantizaría asimismo el empleo en estas áreas rurales.
Para la candidatura se ha recopilado documentación histórica relativa al granito de las diferentes canteras, así como simulaciones de envejecimiento acelerado y análisis petrográficos y petrofísicos, con el fin de demostrar la respuesta de la piedra al deterioro por el paso del tiempo. Esto ha servido para verificar su alta calidad y certificar su durabilidad, haciendola apta para la construcción en cualquier tipo de clima, y para la restauración del patrimonio arquitectónico.
La piedra berroqueña es la segunda del mundo en solicitar esta distinción, que ya le fue concedida en 2015 a la piedra de Portland, Reino Unido, con la que se construyó el Palacio de Buckingham y el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
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