La historia de la vida y la muerte de Juana de Arco, a quien los franceses llaman la Pucelle (la doncella) de Orleans, es bien conocida, aunque solo sea por la cantidad de libros y películas que ha originado. Juana murió en la hoguera en Ruán el 30 de mayo de 1431, y casi inmediatamente empezaron a surgir por toda Francia otras doncellas que afirmaban ser la heroína escapada de la muerte.
La mayoría de estas mujeres fueron apresadas y condenadas por engaño, como Juana de Sermaise, encarcelada durante tres meses en 1457 y que procedía de la villa de Sermaise, donde todavía vivían familiares de la auténtica Juana.
En La Rochelle también hubo entre 1436 y 1439 una doncella que incluso llego a solicitar la ayuda del rey de Castilla contra los ingleses. Sorprendentemente, según cuentan las crónicas, el rey le envió esa ayuda en forma de una pequeña flota. En ocasiones se confunde a esta doncella de La Rochelle con la figura de Claude (o Juana) des Armoises, que es de quien vamos a hablar.
Claude des Armoises apareció en la región de Metz el 20 de mayo de 1436 afirmando ser la auténtica Juana de Arco, que habría escapado de la hoguera cinco años antes. Lo más extraño de todo es que los dos hermanos de Juana, Jean y Pierre, la reconocieron como tal, y lo mismo hicieron muchos de los habitantes de la zona, incluidos amigos y conocidos de la Pucelle.
También Nicole Louve, un aristócrata que había estado con la auténtica Juana en la coronación de Carlos VII de Francia en Reims en 1429, la tomó por auténtica. Según cuentan las crónicas porque su parecido con Juana era inaudito, e incluso tenía las mismas cicatrices y otras peculiaridades físicas similares.
Las coincidencias, según la Crónica del decano de Saint-Thiebault, una fuente tardía hallada en 1686 en Metz, van más allá, ya que esta Claude habría sido dada en adopción de niña a unos campesinos de Domrémy, el lugar de nacimiento de Juana de Arco. Aunque lo más probable es que esta historia se fabricase a posteriori.
El caso es que junto con los dos hermanos de Juana, la nueva doncella se dedicó a viajar, primero al santuario de la Virgen Negra de Liesse, en Annecy. Y despúes a la corte de la princesa Elizabeth de Luxemburgo en Arlon. Allí se casó en noviembre de aquel 1436 con Robert des Armoises, señor de Jaulny, del cual tomaría el apellido familiar. Existe un documento notarial del año siguiente donde aparece con el nombre de Jehanne du Lys – La Pucelle de France, precisamente el mismo usado por la Juana auténtica.
Cuando en Orleans se enteraron de que Juana estaba viva interrumpieron el luto que guardaban por su doncella. El mismo mariscal de Francia Gilles de Rais, que había batallado al lado de Juana, puso sus soldados bajo el mando de Claude en 1439.
Pero sería el propio rey Carlos VII quien la desenmascarase. Recibiéndola en audiencia en 1440 le preguntó cual era el secreto que ambos compartían, y al no saber responder Claude quedó en evidencia. Sin embargo el rey no la condenó, sino que la dejó ir sin cargo alguno.
Claude (o Juana) de Armoises fue enterrada a su muerte en la iglesia de Pulligny. En vísperas de la canonización de Juana de Arco la sepultura fue profanada, pero quienes lo hicieron se llevaron un buen chasco, porque los restos ya no estaban allí. Se cree que en algún momento se llevaron a una fosa común.
Hoy en día, a aquellos que visitan el castillo de Jaulny les puede sorprender ver, sobre uno de los muros, las armas pintadas de Juana de Arco, la doncella de Orleans: una espada apuntando a lo alto, flanqueada con dos flores de lys y penetrando una corona real.
En 2007 la doctora Ursula Wittwer-Backofen, de la Universidad de Friburgo, utilizó la cabeza de la escultura de San Mauricio que se conserva en el Museo Arqueológico de Orleans ( y que se cree que en realidad representa el rostro de Juana), junto con el perfil del medallón de Claude des Armoises, para reconstruir el auténtico rostro de Juana de Arco.
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