¿Qué nos deparará la arquitectura en los años y décadas venideras? El verdadero interés de ese futuro puede que no esté tanto en las formas, que ya están abiertas completamente a la imaginación del arquitecto sin aferrarse necesariamente a un estilo como antaño, como en los materiales que se empleen y, muy especialmente, en las técnicas aplicadas a éstos para la construcción.
Los módulos apilables, el reciclaje y reaprovechamiento de elementos diversos, la ubicación en entornos poco comunes, la impresión 3D, el hormigón autorreparable… De un tiempo a esta parte la tecnología ha dado pasos de gigante en ese área y posiblemente seguirán surgiendo nuevas ideas que revolucionen el panorama para levantar edificios de forma sostenible, ecológica, segura, barata y estéticamente avanzada.
Un adelanto de lo que podría ser esa arquitectura cada vez más cercana pese a que hasta hace poco sólo podía catalogarse de fantástica, es esta infografía de Gutter Masters, una empresa australiana del ramo especializada en instalaciones de aluminio. En ella se muestran algunas de las técnicas constructivas más prometedoras (de alguna de las cuales ya hemos hablado aquí anteriormente). Vamos a verla por partes.
Robots obreros
La primera que cita casi resultaría tópica y digna de la estampa clásica de ciencia ficción de no ser porque hace ya tiempo que nos hemos acostumbrado a las noticias sobre avances en robótica. Efectivamente, se trata de robots autónomos encargados de desarrollar el proceso constructivo por su cuenta gracias a su equipamiento con sensores y programas que les indican qué deben hacer en cada momento del proceso. El concepto ha sido bautizado como Termes por sus creadores de la Universidad de Harvard porque se inspira en el trabajo individual para un objetivo colectivo típico de las termitas. De paso, se reducen los riesgos laborales… en humanos, claro.
Impresión 3D
Otra de las técnicas que cita la infografía es la impresión 3D. Para ello se utilizaría una de las impresoras de ese tipo más grandes del mundo, la llamada Kamermaker, que mide unos seis metros de altura y ya se ha empleado para imprimir una casa en Holanda. La Kamermaker imprime por piezas que luego han de ser ensambladas. Cada pieza corresponde a una habitación y el único problema, que se resolverá con el tiempo, es que todo el proceso de imprimir y montar resulta lento aún. Sin embargo, sus posibilidades en ahorro de transportes al poder imprimir in situ es patente.
Carreteras-batería
La construcción no se limita únicamente a edificios. También a carreteras, por ejemplo. Y las del futuro estarán dotadas de un sistema sin cables para recargar las baterías de los automóviles y buses eléctricos durante el trayecto -se supone que el futuro es de este tipo de vehículos-, con un triple beneficio: el uso de una energía limpia, el ahorro económico para el usuario y la despreocupación de tener que rellenar el depósito.
Hormigón autorreparable
La infografía pasa entonces a hablar de los materiales, el otro elemento clave del desarrollo tecnológico. Y empieza por un hormigón que tiene la insólita capacidad de autorrepararse. Adiós a la aluminosis, a las grietas y al deterioro por la humedad, por no hablar de las posibilidades abiertas ante daños estructurales por terremotos, pongamos por caso. La clave está en uno de sus inusuales componentes: pequeñas cápsulas de silicato de sodio que al romperse liberan un gel que se endurece y rellena los huecos. Encima, al parecer, resulta barato.
Hormigón permable
Siguiendo con el hormigón, ya hay uno nuevo permeable que permite el paso del agua a través suyo gracias a que está hecho de grandes granos de piedra y arena que dejan entre un 15% y un 35% de huecos en su estructura. Así se impide que el agua de lluvia se estanque en el pavimento, algo más importante de lo que parece porque se considera que ese tipo de encharcamientos constituyen una de las principales fuentes de contaminación urbana al acumularse en ellos todo tipo de microorganismos y residuos químicos. Otra ventaja es que las casas construidas con este tipo de hormigón son más frescas en verano.
Espuma vegetal
Por otra parte, una especie de espuma de poliuretano elaborada con materiales vegetales como algas, cáñamo o bambú se está empezando a usar en mantenimiento y reparación de turbinas, aislamiento de paredes y fabricación de muebles. Actualmente la fabrica una empresa de San Diego (EEUU) y, aparte de sus virtudes ecológicas en la composición, tiene como ventaja adicional que no es tóxica y resulta muy resistente, incluso a altas temperaturas.
CO2 como material de construcción
Terminamos con algo un tanto sorprendente: el dióxido de carbono como material de construcción. Ingenieros biológicos han encontrado la forma de transformar las emisiones de CO2 en carbonatos sólidos, gracias a la ingeniería genética, en una proporción de una parte de carbonato obtenida por cada dos de dióxido. Dicen que si se consigue producir en masa podría convertirse en una alternativa al vidrio.
Se puede ver la infografía completa en Inhabitat
En LBV:
- Construyen una casa en Ámsterdam con una impresora 3D
- Inventan un hormigón autorreparable hecho con bacterias
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