Dolmen es una palabra, supuestamente de origen bretón aunque su etimología no está muy clara, que significa mesa grande de piedra. Se los denomina antas en Galicia, cromlechs en Cornualles, y de muy diferentes maneras en otros lugares. Son tumbas o cámaras megalíticas compuestas de dos o más megalitos, generalmente dos dispuestos verticalmente soportando otro horizontal, aunque hay muchas variantes.
La mayoría datan de principios del Neolítico, entre el 4000 y el 3000 a.C., y no se conoce exactamente cual era su función. Los más antiguos se encuentran en Europa Occidental y se cree que son tumbas ya que en ocasiones se han encontrado restos humanos acompañados de objetos en ellos, cuya datación es posible mediante radiocarbono. El problema es que no se puede saber si la colocación de las piedras data de la misma fecha que los restos.
Generalmente asociamos estas construcciones a lugares como España, Portugal, Irlanda, Gales, Cornualles, o Francia. Quizá entre los más conocidos están los de Carnac en la Bretaña francesa, abundantemente reproducidos en fotografías, carteles y propaganda turística.
Y existen ejemplares en sitios como Rusia, India o el norte de África. Pero quizá es más desconocido que el lugar con más dólmenes del mundo está practicamente al otro lado del planeta: la península de Corea.
Hasta un 40 por ciento de todos los dólmenes del mundo se encuentran en tierras coreanas, siendo, como es lógico, los de Corea del Norte los menos estudiados y conocidos de todos. En la zona costero occidental de Corea del Sur se halla la mayor distribución de dólmenes. Los yacimientos de Gochang, Hwasun y Ganghwa reunen entre los tres más de mil y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Los dólmenes coreanos tienen una morfología distinta de la de los europeos, y son más recientes cronológicamente, desde finales de Neolítico hasta el primer milenio antes de nuestra era, cuando en Europa ya hacía mucho que se habían dejado de erigir. Allí los llaman goindol que se traduce como piedra sostenida. Su estudio e investigación también es relativamente reciente en comparación con sus homólogos europeos, más o menos a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial.
En Gochang se han contabilizado 442 dólmenes, que se encuentran situados al pie de una serie de colinas que se elevan entre 15 y 50 metros sobre el nivel del mar. Las piedras superiores suelen tener entre 1 y 5,8 metros de largo, y las más grandes tienen un peso de unas 225 toneladas. Se cree que datan del siglo VII a.C.
El grupo de Hwasun se dispone a lo largo del río Jiseokgang, pero están peor conservados. Los investigadores han conseguido identificar una de las canteras de donde se extrajeron las piedras, y la datación estimada es algo más reciente, entre los siglos VI y V a.C.
Los de la isla de Ganghwa se piensa que son los más antiguos de todos porque se parecen a los europeos, aunque no existen pruebas concluyentes de ello. Son los que están situados a mayor altitud, y es aquí donde se haya el mayor dólmen de toda Corea, con unas dimensiones de 2,6 x 7,1 x 5,5 metros.
De donde procede, cómo o por qué surgió la cultura megalítica coreana, son cuestiones que todavía hoy no tienen respuesta. Tampoco se sabe por qué se erigió una cantidad tan impresionante de dólmenes, ni por qué esa cultura no se extendió al resto de Asia.
Tan sólo se han encontrado algunos pocos ejemplares en la región de Manchuria, al norte de Corea, y en la península de Shandong.
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