Hace unos años hablamos aquí del descubrimiento, en la isla kuwaití de Failaka, de los restos de una ciudad griega del siglo IV a.C. construída en tiempos de Alejandro Magno. La ciudad estuvo habitada por los griegos hasta el año 150 a.C. y se cree que se trataba de un puesto de vigilancia avanzada, sobre todo porque eso es lo que significaría el nombre Failaka (fylakio en griego).
No son los únicos restos arqueológicos que existen en la isla, pues quedan también muestras de edificios mesopotámicos muy anteriores, de cerca del 2000 a.C. cuando un descenso en el nivel del mar permitió los asentamientos.
Habría que esperar hasta el 324 a.C. para que llegasen los griegos, quienes fundaron una ciudad con el nombre de Ikaros, en referencia al mítico heroe hijo de Dédalo. De ella se conserva un enorme fuerte helenístico y dos templos.
Más reciente es el descubrimiento realizado en 2016 por la misión arqueológica eslovaca. En el yacimiento de Al-Qusur las excavaciones de una villa cristiana de entre los siglos VII y VIII d.C. aparecieron los restos de una torre que contiene un complejo sistema de canales en su interior.
Tras analizarlos los arqueólogos piensan que se trata de una torre de captación de viento, que utilizaba un ingenioso sistema de acondicionamiento basado en el flujo del aire a través de aberturas en la estructura.
Los sistemas de enfriamiento por evaporación son bastante comunes en la arquitectura tradicional persa, e incluso existen ejemplos retratados en pinturas de tumbas egipcias que datan de cerca del 1300 a.C.
El método funciona convirtiendo en vapor el agua mediante calor, un calor que se lleva consigo al evaporarse, a semejanza de como el sudor hace con el cuerpo. La torre de Failaka serviría para aumentar esa capacidad de enfriamiento haciendo pasar el aire sobre los canales de agua por debajo del suelo, provocando un mayor descenso de la temperatura en el interior.
En ese sentido se trataría del sistema de su tipo más antiguo encontrado hasta ahora. Quienes lo construyeron habrían sido la comunidad nestoriana cristiana que se instaló en la isla desde el siglo V d.C. hasta que la abandonaron en el siglo IX. De aquella época quedan también dos iglesias y varias pequeñas granjas.
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