La segunda isla más pequeña del archipiélago canario con sólo 370 kilómetros cuadrados (únicamente El Hierro es más pequeña, islotes aparte) y menos de 22.000 habitantes, constituye sin embargo un lugar absolutamente recomendable para una visita -suelen organizarse excursiones desde la vecina Tenerife y Gran Canaria-, de varias jornadas, lo más recomendable para poder disfrutarla a fondo.

La Gomera está libre de la masificación de otros puntos canarios porque su aeropuerto sólo es apto para vuelos interinsulares, aunque también operan ferrys, que son el sistema más fácil para llegar. Desde Tenerife tan solo se tarda 40 minutos y además el viaje se disfruta desde el primer momento, habitualmente en compañía de ballenas y delfines.

La isla atesora una serie de maravillas que atraen inevitablemente a muchos viajeros porque algunas de ellas son únicas en España, caso del Parque Nacional de Garajonay o ese inaudita forma ancestral de comunicarse en la difícil orografia insular que es el silbo, ambos incluidos en el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Ancestral porque su origen se remonta a los aborígenes, los gomeros. La Gomera es una de las islas que mejor ha conservado su legado histórico, tradiciones y costumbres. De la conquista castellana quedan evidencias monumentales como la Torre del Conde. Claro que la gran baza gomera está en la naturaleza: la isla es Reserva de la Biosfera desde 2012 y presume de su espléndido bosque de laurisilva, una formación vegetal subtropical, además de la presencia de un lagarto autóctono que superó la declaración de extinción que se dio por hecha hsta su redescubrimiento en 1999.

Veamos una breve lista de los 10 lugares más recomendables para una visita, tanto naturales como monumentales.

1. Parque Nacional de Garajonay

Ocupa el primerísimo lugar de esta relación por sus 3.984 hectáreas que constituyen el 10% de la isla. Se llama así por el pico Garajonay, la máxima cota insular con mil cuatrocientos ochenta y siete metros de altitud, que a su vez es una referencia a la leyenda aborigen de Gara y Jonay, dos amantes principescos que se suicidaron por la oposición de sus familias a su amor. Como decíamos antes, la laurisilva es la estrella: ese bosque húmedo, envuelto en una niebla perenne resultante del choque entre los vientos alisios con el aire cálido, produce casi medio millar de especies vegetales con árboles de enorme tamaño. De ellos cabe destacar el brezo, los helechos y, sobre todo, los laureles de hasta veinte metros que le dan nombre y forman una bóveda verde, dándonos una idea bastante aprocimada de cómo sería el paisaje mediterráneo durante la última glaciación de la era Terciaria. El parque se recorre a pie mediante una red de senderos que serpentean entre bosques y barrancos, llevando hasta varios miradores dispersos. También hay un centro de visitantes.

2. Valle Gran Rey

Posiblemente el sitio más turístico, una zona residencial y de ocio asomada al Atlántico que cuenta con numerosos restaurantes, tiendas y un bonito mirador diseñado por el artista César Manrique. Tiene varias playas y piscinas naturales, que allí llaman Charcos. El Charco del Conde es ideal para familias con niños por su poca profundidad, y el Charco de la Condesa es el preferido por los surfers y todos aquellos que quieran contemplar una impresionante puesta de sol. El paisaje del entorno tiene la gracia típica canaria, a base de bancales y árboles frutales -plátanos y palmeras sobre todo- y luego está el barrio de Vueltas, que se beneficia de su puerto. De allí parten las excursiones para ver Los Órganos y las que nos llevarán a avistar cetáceos (hasta 23 especies diferentes).

3. Los Órganos

Imaginemos un acantilado tallado como si de los tubos de un colosal órgano se tratara, a lo largo de 200 metros de largo por 80 de alto. Bueno, pues no hace falta imaginarlo porque se encuentra en la costa norte de La Gomera. En realidad ningún escultor ha acometido semejante tarea; fue la Naturaleza, pues son columnas basálticas de origen volcánico, debidas al brusco enfriamento del magma en la superficie. Es un espectáculo fascinante que sólo puede contemplarse desde el mar.

4. Agulo

El bombón de La Gomera , llaman a este pueblo de casas de colores que presume de tener el casco histórico mejor conservado, del siglo XVII. Protegido por una especie de anfiteatro natural y colgado sobre el mar, el sitio es tan pintoresco que suele formar parte de todos los circuitos por la isla. Aquí se ubica el Centro de Visitantes del Parque Nacional de Garajonay, en el lugar llamado Juego de Bolas en La Palmita, una visita muy recomendable antes de acometer la entrada al parque. Está en la ruta al Mirador de Abrante, una plataforma de cristal que sobresale del precipicio y ofrece, además de la increíble experiencia de simular estar caminando sobre el vacío, buenas vistas del pueblo y del Teide.

5. El Cercado

Muchos son los atractivos de esta modesta localidad. Como la cerámica tradicional de arcilla oscura confeccionada sin torno y elaborada desde tiempos prehispánicos. A solo tres kilómetros está el pueblo más alto de La Gomera (1.050 metros), Chipude, en el que se puede ver la iglesia de la Virgen de la Candelaria, del siglo XVI, y el monumento natural de La Fortaleza, un baluarte montañoso cuya cima plana se eleva hasta los 1.243 metros, convirtiéndolo en uno de los farallones más impresionantes y llamativos del archipiélago.

6. Vallehermoso

El nombre lo dice todo. Otro coqueto pueblo muy visitado, desde el que parten excursiones a los alrededores, como la playa local o el Roque Cano (un risco volcánico desgastado por la erosión de más de 200 metros de altura). Quien quiera ver cómo suena el silbo gomero encontrará demostraciones en los restaurantes de la zona. También es destacable el Parque Marítimo, situado a unos treinta minutos a pie o cinco en coche del casco urbano. Se trata de una serie de plataformas accesibles por rampas y escaleras al borde del mar, que cuenta con dos piscinas exteriores, solarium, terrazas y bazar.

7. San Sebastián de La Gomera

No podía faltar una reseña de la capital, popularmente conocida como la Villa y donde viven apenas 8.600 vecinos. Es interesante señalar que de allí partió Colón en su viaje de 1492 y la casa donde se alojó es hoy un museo, por lo que es el mejor sitio para visitar monumentos de la época que recuerdan la estancia del almirante en la isla. Como la Torre del Conde, un vistoso torreon defensivo del siglo XV construido por Hernán Peraza el Viejo. De planta cuadrangular y estilo gótico tardío, mide 15 metros de altura y sus muros tienen un espesor de dos. Está hecho de sillares rojos con un encalado blanco que le da un aspecto característico y es el único bastión de ese tipo que se conserva en la isla, de ahí que se lo haya catalogado como Monumento Histórico Artístico.

Merece la pena una visita al Museo Arqueológico, situado junto a la Iglesia de la Asunción, que guarda piezas arqueológicas de gran valor para el estudio de los antiguos aborígenes, así como reproducciones de yacimientos.

8. Hermigua

Hermigua es una de las ciudades importantes de los aborígenes gomeros y tradicionalmente se dedicó al cultivo vitícola, hasta que se impuso el platanar. Un museo etnográfico expone cómo era la vida rural en el municipio. Además destaca la presencia del convento de Santo Domingo de Guzmán, construido en 1598.

Merece la pena una visita al Pescante, uno de los principales restos de arquitectura industrial de la isla que se construyó en 1908 para la exportación de frutas a Inglaterra. Del antiguo embarcadero quedan en pie cuatro grandes pilares de hormigón y parte de la estructura metálica. El resto fue desmantelado a finales de la década de los 50, cuando la construcción de la carretera insular y el puerto de San Sebastián hicieron que cayera en desuso.

Su playa de La Caleta está considerada una de las mejores del norte de la isla, si no la mejor. Es de arena negra y tiene unos 200 metros de largo, resguardada por los acantilados y presidida por un imponente roque que se adentra en las aguas.

9. Playa de Santiago

Lo que antaño fue un considerable centro económico basado en la industria pesquera y la exportación de productos naturales, especialmente plátanos y tomates, se ha transformado en un activo destino turístico gracias a sus playas, sus instalaciones marítimas y una infraestructura de ocio que incluye hoteles, restaurantes, canchas deportivas y campo de golf.

A apenas 2 kilómetros se encuentra el Aeropuerto de La Gomera, el más moderno del archipiélago, con conexiones con Tenerife y el resto de las Canarias y la península.

10. Monumento Natural de Los Roques

A la entrada del Parque Nacional de Garajonay, sobresaliendo por encima de las copas de los árboles, se alzan cuatro enormes picos de piedra magmática, redondeados por la erosión. Están entre los barrancos de La Laja y Benchijigua y reciben los nombres de Agando, Ojila, la Zarcita y Carmona. Hay varios miradores para contemplarlos pero el más popular es el del Bailadero.


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