Las grandes bibliotecas nacionales tienen tal inmensidad de fondos que de vez en cuando se descubren entre ellos cosas inéditas. Si hace unas semanas veíamos un ejemplo en Praga, donde se encontró una colección de libros ocultistas reunida por Heinrich Himmler, ahora le ha llegado el turno a la Biblioteca Nacional de Austria, en la que ha aparecido un insólito texto antiguo que narra el intento de invasión de lo que hoy es Grecia por parte de una oleada goda allá por el siglo III d.C.

Para ser exactos, el hallazgo ya tuvo lugar hace un par de años y fueron los investigadores alemanes de Gunther Wiener Martin y Jana Grusková, de las universidades de Berna y Bratislava, quienes publicaron varios artículos sobre el tema en una revista alemana. En ellos explicaban que se trata de varios fragmentos que sitúan la acción en los tiempos en que Grecia estaba ya incorporada al Imperio Romano y empezaban las primeras invasiones bárbaras, durante la etapa del emperador Decio.

Los investigadores han tenido que tratar dichos fragmentos con un espectómetro para poder leerlos. Christopher Mallan, de la universidad de Oxford, y Caillan Davenport, de la Universidad de Queensland, fueron los encargados de traducir uno de esos pedazos, que ha sido batizado con el nombre de Termópilas porque reseña una hasta ahora ignota batalla en el mismo lugar donde cientos de años antes, en el siglo V a.C, un ejército liderado por los famosos trescientos espartanos intentó detener otra invasión, en este caso persa.

Godos contra griegos
El fragmento de las Termópilas (Biblioteca Nacional de Austria)

Esta vez el peligro venía de una columna militar goda que avanzaba con la intención de caer primero sobre la ciudad de Tesalónica. Al parecer, los defensores consiguieron repeler al enemigo desde sus murallas, por lo que decidió cambiar de dirección hacia Atenas atraído por el potencial botín de sus santuarios y de la región en general. El desfiladero de las Termópilas volvió a ser el ojo de la aguja elegido por los griegos para resistir, según el autor de la narración, un cronista ateniense llamado Dexipo.

Dexipo dice que cada uno se armó como pudo rápidamente y se puso a las órdenes del estratego Marianus, quien les arengó recordando las gestas de sus antepasados y clamando por mantener su libertad. Los expertos ponen en duda que hubiera tal perorata porque en realidad era un recurso literario de la época, con lo cual habría que atribuírselo al oficio de Dexipo. Tampoco tienen claro quién ganó la batalla porque ni siquiera se sabe la fecha exacta, que se calcula entre los años 250 y 260 d.C.

Romanos contra godos en el sarcófago Ludovisi/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Se sabe que Decio sufió varios reveses militares en la zona pero quizá para entonces ya ocupaba el trono su sucesor, Treboniano Galo, de quien se dijo que se había aliado precisamente con los godos para traicionar a Decio y llegar al poder. No parece probable porque asoció al trono a un hijo de Decio, Cayo Valente Hostiliano, y además acabó chocando frontalmente con esos dudosos aliados derrotándolos. Claro que, cronológicamente, esa nueva batalla de las Termópilas también pudo ser durante el mandato de Emiliano o el de Valeriano.

Pero Dexipo sitúa los hechos en el de Decio e incluso pone en su narración otra arenga del emperador, asimismo probablemente inventada: «Dado que los avatares de la vida humana traen múltiples sufrimientos -dice el romano- es deber de los hombres prudentes aceptar lo que sucede sin perder el espíritu ni caer en la debilidad».

Decio, por cierto, murió atrapado junto a otro de sus hijos en una ciénaga de Lodogorie (actual Bulgaria)… en una emboscada tendida por los godos.


Fuentes

Livescience


  • Comparte este artículo:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.