Durante la Segunda Guerra Mundial se generalizaron los bombardeos aéreos de ciudades. Esta modalidad táctica se había iniciado en el conflicto anterior a cargo de zepelines primero y de aeroplanos después, aunque el mejor laboratorio de pruebas fue la Guerra Civil española. El caso es que las ansias de Hitler de dominar Inglaterra por aire, ya que por mar la Royal Navy seguía siendo infranqueable, llevaron a machacar Londres y otras ciudades. Pero luego las tornas fueron cambiando y el que empezó a sufrir los raids aliados fue el Tercer Reich.
Por esa razón la Luftwaffe instaló baterías antiaéreas en los cascos urbanos. Y para ello se construían -en muy poco tiempo, unos 6 meses- unos macizos torreones, una especie de búnkeres gigantescos que recibían el nombre de flaktümes, con muros de 3 metros y medio de grosor en cuyas azoteas se colocaban los cañones.
Muchos de ellos han sobrevivido no sólo a los combates sino a la piqueta posterior, y aún muestran sus moles monstruosas de hormigón en algunos sitios, como Berlín, Hamburgo o Viena.

Precisamente en la capital austríaca se ha reaprovechado un flaktüme, reformándolo para acoger el Haus des Meeres Aqua Terra Zoo que, como indica su nombre, es un singular zoológico que en vez de extenderse en superficie lo hace en las 5 plantas del edificio. En los 4.000 metros cuadrados que suman hay cocodrilos, serpientes, aves tropicales, monos, pirañas, reptiles y así hasta un total de 10.000 animales.
Resulta especialmente curioso el enorme acuario subterráneo de 300.000 litros, donde hay multitud de peces -tiburones entre ellos- y corales. Y alrededor del torreón se ha habilitado un jardín lleno de especies vegetales exóticas, estanques con pasarelas de madera, etc.
Este bonito lugar está en Esterhazy Park y abre a diario de 9:00 a 18:00, salvo los jueves que no cierra hasta las 21:00. La entrada de adulto cuesta 13,50 euros pero hay varios tipos de tarifas.
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