Un equipo de investigadores de China, Reino Unido y Alemania en el que se encuentra el Dr. Javier Ortega-Hernández, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge, ha hallado en el Sur de China uno de los fósiles más antiguos y más detallados del sistema nervioso central de un animal. En este caso se trata de un artrópodo en el que los nervios individuales son visibles por primera vez con todo detalle en un fósil de esta antigüedad, unos 520 millones de años.

El trabajo de estos científicos ha sido publicado en la revista Proceedings of The National Academy of Sciences y en él analizan el tejido blando fosilizado de un ejemplar de Chengjiangocaris kunmingensis que vivió durante la llamada explosión cámbrica, un período a comienzos del período geológico Cámbrico en el que aparecieron sobre la Tierra una miríada de grupos de animales que perviven en la actualidad. Que haya llegado hasta nosotros y en esas condiciones es algo excepcional.

Este artrópodo en cuestión se adscribe al grupo de fuxhuianhuiid, un antepasado de los artrópodos modernos en el que se encuentran crustáceos, arañas e insectos. De hecho este fósil de poco más de 3 centímetros de longitud es el ejemplo más completo de un sistema nervioso central del período Cámbrico, comenta el Dr. Ortega-Hernández, que firma este artículo científico junto a otros siete colegas.

Este investigador también apunta que el hallazgo nos permite echar a un vistazo a lo que pudo ser el sistema nervioso ancestral. El sistema nervioso central es responsable de las funciones motoras y en este artrópodo primitivo existe un sistema nervioso que se asemeja a una cuerda repleta de nudos marineros. Su excelente conservación es muy poco habitual ya que no se trata de huesos o exoesqueletos.

En un examen más detallado de estos ganglios nerviosos se revelaron docenas de fibras delgadas, de menos de una milésima de milímetro de longitud, dispuestas de manera regular.

Para verificar si se trataba del mismo material que el de los artrópodos modernos usaron microscopía de fluorescencia que evidenció que eran nervios individuales, fosilizados como láminas de carbono, con un nivel de detalle sin precedente.

Posteriores análisis indicaron que algunos detalles del sistema nervioso del Chengjiangocaris kunmingensis tenían una estructura similar al de los priapúlidos y los onychoporans (gusanos de terciopelo).

El Dr. Ortega-Hernández también comenta que una de las consecuencias más significativas de este estudio es que el cordón nervioso de este artrópodo fosilizado representa una estructura única que no existe en los organismos vivos actuales.


Fuentes

ScienceDaily


  • Compártelo en:

Descubre más desde La Brújula Verde

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Something went wrong. Please refresh the page and/or try again.